BARRIGAVERDE
Estos histriones se colocan delante del atril a lanzarnos sus farsas palabrosas y, en lugar de decir lo esencial, se dedican a dar las gracias. Constantemente, machaconamente. Nos dan las gracias por ser tan modositos y estarnos en casa. Por salir al balcón, tira un jamón, mira que viene Quinito. Por trabajar en lo que nos atañe. Por cumplir con nuestro deber: debe y haber. Creen, en su delirio, que hacemos esto por ellos.