De Lorenzo Lozano
todo el mundo decía que era ambidiestro porque lo mismo escribía en español que en portugués. Esa habilidad, aparentemente aprendida, le venía desde muy niño cuando una vez había nacido en la frontera entre España y Portugal por casualidades del calendario que su madre nunca se avino a explicarle. Lo cierto es que, sin que él lo supiera, su madre lo trajo al mundo en medio de un lentejar una noche de trapicheo cuando se