Alvarito de la Iglesia
Todo el mundo sabía en Almaviva que Alvarito de la Iglesia no había nacido por generación espontánea ni por obra y gracia del Espíritu Santo. Todo el mundo sabía en Almaviva que Alvarito podría llevar los apellidos de su padre y de su madre si estos hubiesen tenido la consideración de dárselos. Pero aquello no había sucedido y ahora, a sus cuarenta y ocho años, era lo de menos. Desde bien joven, Alvarito había consagrado