Decididamente, eres imbécil
Leo, oigo, y a veces escucho cuando me peta, vomitado con rencor casi enfermizo, que se joda el funcionario. Y te lo oigo a ti, cretino, que no has sido capaz de aprobar una oposición para cualquier cosa después de veinte convocatorias. Y te lo escucho a ti, mentecato, que preferiste en tiempos de vacas gordas pasar a engrosar la plantilla del Banco que te pagaba el doble que a mí y te permitías, memo