Alegato contra la mentecatez de restauradores y otras zarandajas
Tengo que alegar. Y alego. Y me alego de hacerlo por el bien de mi hígado y de mi equilibrio emocional. Y llega diciembre, florido y hermoso. Antes era mayo pero ahora, con la meteorología desquiciada, creo que también es aplicable. Pues como digo, llega diciembre y con él las cenas de empresa y tal vez de trabajo, los menús sin cigalas, las gambas con mucho de gabardina y poco de gamba, canapés de saumon