IV.-Valdeorras
Compón, pues, la tétrica imagen del peregrino (entiende lo de tétrica como un juego imbécil): desterrado de tu patria o en voluntario exilio (esas palabras: destierro, exilio) empieza a caminar sin saber a dónde te diriges porque al final de la jornada te hallarás de nuevo en el punto de partida. No te desanimes por ello. Cuando amanezca, carga con lo que resulta indispensable (ya sabes que en la vida casi todo es superfluo) y