Foise en temporada de descanso, durantes eses meses de verán que pasaba no Sur, en Zahara de los Atunes, onde practicaba sobre todo a preguiza, á que só lle era infiel compoñendo unhas poucas cancións. O traballo, as actuacións, quedaban para o resto do ano, cando se dedicaba a cantar en pequenos clubs por toda a xeografía española. Lembro que algo así me contou fai xa bastantes anos en Compostela, logo dunha actuación, durante unha noite na que compartimos moitas copas e a nosa común admiración por Brassens. Creo que un dos mellores textos sobre Khahe escribiuno Savater no libreto que acompañaba ao disco homenaxe “… y todo es vanidad”. Leva o título de “Un cronopio crónico”.
«La fauna mundial se reparte en famas y cronopios, lo sabemos desde que nos lo contó Julio Cortázar. En líneas generales, digamos que los famas dan la lata y los cronopios dan todo lo demás: dan sustos, dan que pensar, dan pena o risa. En el mundo de la canción por cada cronopio hay, digamos, diez mil famas, a cual más latoso. Y muchos de ellos se disfrazan de cronopios, para disimular y para comerte mejor.
»El cronopio más legítimo y crónico que se pasea recitando bajito entre nosotros es Javier Krahe. Entre lo mucho que podemos agradecerle figura el que nunca se empine ni se suba sobre zancos para cantar: lo hace a nuestra altura, en el entresuelo de la sonrisa y del suspiro, sacando a veces un poco la puntita de la lengua entre la barba con malicia. Y mientras canta va dando un buen repaso a lo que padecemos: los amores y los curas, las guapas y los parados, las que se van y lo que se nos viene encima, las leyes del mercado y las huellas del Yeti. Se da cuenta de casi todo, lo cuenta todo y no pasa la cuenta a nadie. Un caballero cronopio como Georges Brassens manda.
»Iba a terminar recordando que Javier Krahe es ni más ni menos que un poeta. Pero luego he pensado que ese título suena ya un poco fama, por culpa de tantos como lo usurpan. De modo que me limitaré a decir que Javier es lo que queda cuando ya todos los poetas se han puesto chaqué: el cronopio que nos consuela de tantas pérdidas y se niega a ser tonto perdido. Que nunca dimita es lo único que le pido».
Coda: “En la costa suiza”
https://www.youtube.com/watch?v=uoRwbekorLU