EJERCICIO DE CINISMO
ejémonos de zarandajas. El odio constituye una de las pasiones fundamentales del ser humano. Más trascendente que el amor. El amor nos pone al borde del ridículo. Las mayores gilipolleces de la historia se disfrazaron bajo esa denominación estúpida. Guerras, traiciones, deserciones, deslealtades, afrentas y noveluchas, se encubrieron tras el rimbombante nombre de amor. Canciones repugnantes. Versos insufribles. Quien odia puede ser patético pero no ridículo. El odio requiere tiempo y energía. Inteligencia y pasión.