RAZONES
De las mil razones que tiene una persona para suicidarse, la más trivial es la del amor, apotegma que puede achacarse a un filósofo existencialista pero quien lo profiere es un camarero que se azacanea detrás de la barra sirviendo cafés a gentes que no tienen pinta de querer quitarse la vida ni por amor ni por nada en el mundo: ni morir por las ideas, como decía Georges Brassens, mais de mort lente, ni