Se supone que Shakespeare, que murió a los 50 años,escribió sus sonetos cuando tenía entre 30 y 40 años. No era todavía la vejez pero era una edad avanzada para la época y sus posibilidades de vivir muchos años más eran escasas. Había sobrevivido a la epidemia de peste de 1592 y sobrevivirá también a la de 1603 pero parecía temer más a la vejez que a la muerte. Entre sus 154 sonetos, no hace mucho tiempo, heroica y hermosamente traducidos al gallego por Ramón Gutiérrez, hay dos cuartetos en los que Shakespeare une vejez y amor como solo él podía hacer.En el soneto 73, un melancólico Shakespeare siente la proximidad de la vejez y con resignación escribe para su amada:
That time of year thou mayst in me behold When yellow leaves, or none, or few, do hang Upon those boughs which shake against the cold, Bare ruined choirs where late the sweet birds sang…
Traducido literalmente el resultado es torpe:
Ese tiempo del año puedes en mí contemplar
Cuando hojas amarillas, o ninguna, o pocas, cuelgan
De esas ramas que tiemblan contra el frío,
Desnudos coros arruinados donde tarde cantaban los dulces
pájaros…
La traducción de Ramón Gutiérrez al gallego lo hace de manera más notable:
En min podes ver hoxe esa estación do ano
En que as follas secas, se alguna hai, aguantan
Nas ramas que estarrecen por mor do ar xeado
Ruinosos coros onde as aves xa non cantan
No conozco la versión española de Ramón Gutiérrez, que supongo será excelente pero si la de Andrés Erenhaus, fundador de Knowhaus, la primera agencia de traductores de España. Tal vez sea necesario un poeta, sino de la talla de Shakespeare,(asunto nada fácil) si con su sensibilidad y quizás con sus años, (o los años equivalentes para nuestra época), para conseguir una traducción lograda. Erenhaus, tiene más de sesenta años y su traducción, aun suprimiendo algunas palabras del texto original, consigue, creo, traducir a Shakespeare en su plenitud:
En mí, tú ves esa estación del año
En que las ramas, trémulas, desnudas,
Ya no albergan coros de aves con sus cantos
Sino tres hojas secas, dos, ninguna…
En el soneto 22, el mismo melancólico y resignado Shakespeare,temeroso del espejo se consuela a sí mismo y confía en que la juventud de su amadano se marchite y demore el paso de los años para él:
No veré mi vejez en el espejo
Mientras en ti la juventud perdure
Mas, si veo en ti lossurcos de los años,
Sabré que pronto expiraré mis días.
No sé si se puede decir mejor…
1 comentario en “VEJEZ DE SHAKESPEARE”
No. No se puede decir mejor. Es tan bello que casi supera al autor.