Hace años, un conocido etólogo, Irenäus Eibl –Eibesfeldt, que pensaba que existían dos “estilos de pensamiento”, autoritario uno, tolerante el otro, propuso un diccionario para medir el grado de dogmatismo de un texto escrito o de un discurso según prevaleciera en él una u otra de estas formas de pensar. Se trataba de contar de un lado los, constantemente, siempre, en todo momento, todos sin excepción, radicalmente, tener que… haber que…no permitirse, etc. presentes en un texto oral o escrito, y del otro lado los, de vez en cuando, en general, en ocasiones, un poco, algo, hasta cierto punto, en todo caso, entre otras cosas, poder ser, ser capaz de… etc. Si se analizan algunos artículos periodísticos con esta sencilla herramienta las sorpresas son la norma. Firmas a las que siempre se consideró democráticas escriben páginas y más páginas llenas de expresiones que corresponden en su mayoría al primer grupo que Eib-Eibesfeldt llamaba A, caracterizado por un cociente de dogmatismo elevado.
Sin necesidad de recurrir a este procedimiento, que en su versión completa es muy detallado, hay dos “pruebas” sencillas para determinar el autoritarismo o dogmatismo escondido de cualquier interlocutor: el Test Teológico y el Test Sectario. En el primer caso preguntamos a nuestro interlocutor que nos diga algo en lo que X,( una persona, un partido, una institución con las que simpatiza o milita), se haya equivocado (en sus obras, en sus programas, en sus decisiones, en su comportamiento etc.). Hubo casos en mi experiencia, en los que los así preguntados fueron incapaces de encontrar un sólo error en sus admirados referentes del campo de la ciencia, la sociología, la política o el psicoanálisis, después de larga, muy larga reflexión. En el Test Sectario se pregunta por un acierto, un solo acierto, en las decisiones de un gobierno o de un líder cualquiera que no merezca las simpatías del entrevistado. Por ejemplo: preguntarle a alguien del PSOE o del BNG por un acierto, un sólo acierto del actual gobierno gallego o español.
Hoy el debate político es una discusión entre dos posiciones inmóviles que puntuarían casi con certeza, muy alto en los tests que miden el dogmatismo: los de la oposición que acusan al gobierno de haber incumplido sus promesas electorales y los del gobierno que, replican a los acusadores que, sus incumplimientos se deben a la engañosa situación heredada. En lógica, una de las sentencias condicionales más conocidas es la de if…then, si…entonces. Podría resumirse la justificación del gobierno actual aplicando esta sentencia: if…6,5, then, programa electoral; if 8,5, then, otro programa, siendo 6,5 el supuesto déficit heredado y 8,5 el real. Si no fuera por los informes recientes de que algunas comunidades del partido del gobierno y sus bancos asociados, como Madrid tenían más déficit que el declarado, la razón estaría inequívocamente del lado del gobierno. No es así… Pura lógica…