CARTA DEL SON II
Desde Queiruga, hacia el norte, el Monte Louro, parece puesto ahí por un paisajista con influencia en los modelados geológicos. Su porte casi de pirámide, señala la entrada norte de la ría de Muros. Hacia el sur, el Monte Enxa, más alejado del mar, le da la réplica. No son las columnas de Hércules pero supongo que para quienes abandonen el abrigo de la ría y se adentren en el Gran Mar del Oeste, es decir, el Atlántico, la sensación será la misma. Finisterre muestra su lomo de ballena hacia el norte. Hacia el oeste, a 5.000 millas, siguiendo el paralelo, Boston.
En la playa, la peligrosa playa de Queiruga, son habituales las caravanas silvestres y cosa poco explicable, numerosos coches de lujo. Ya no es posible, como antes, hacer sociología de campo leyendo en sus matrículas, ahora sin distintivos provinciales, su procedencia. En las caravanas a menudo se escucha francés; raras veces, que yo recuerde, inglés, pues parece que, o bien, los súbditos de su majestad británica tienen querencia por los “balcones” mediterráneos, o bien, el paso del Canal no favorece este tipo de transporte; de cuando en vez, se oye alemán, pues algún instinto explorador (o invasor) tienen los alemanes a los que no es raro encontrar en los lugares más inesperados de nuestras costas. No hace falta decir que no es infrecuente el español
En O Son, como en otras partes, repiten este año en sus carteles turísticos gastronómicos la palabra “exaltación”: XX Festa de exaltación do polbo se lee en ellos. Era, (y al parecer, es) palabra casi obligada en los tiempos turísticos de Fraga Iribarne, para incitar al consumo de pulpo, marisco, carnes o vinos. Exaltación, es palabra que aplicada a estos eventos, suena cursi y rancia desde hace ya muchos años y ha sido discretamente eliminada en muchos sitios por términos más sencillos: Festa do Polbo y punto. En A Pobra do Caramiñal, ajenos a esta tendencia, han ido más allá. Celebran por vez primera una “Exaltación dos sabores da ría”, lo que despierta un cierto recelo porque el catálogo de “sabores da ría” puede ser tan sabroso como temible. Al parecer, todo consiste en unas “ showcookings”, (anglicismo tan innecesario como hortera), en las que se podrán exaltar esos sabores, hay que suponer que comiéndolos. En Rianxo, patria de Castelao, celebran sin exaltarse y sin showcookings, su Festa do Mexilón con su “demostración culinaria”. Exaltación, si no recuerdo mal, era la palabra empleada para recordar la fecha de la “exaltación del Caudillo a la jefatura del estado” por lo que habrá que pensar que los organizadores de estas fiestas gastronómicas, o no se enteraron de la degradación sufrida por el especial uso de esa palabra o sufren una nostalgia inconsciente, posibilidades ambas, nada raras, conocido como es el escaso conocimiento histórico y no sólo histórico, de las castas iletradas que nos gobiernan. Digo…