En un tiempo en el que tres de cada cinco matrimonios terminan en divorcio antes de cinco años no debe extrañar que uno de los problemas más habituales en las consultas de psiquiatras y psicólogos sean lo que podríamos llamar, “catástrofes amorosas“(separaciones, divorcios, adulterios, abandonos, etc). Tales situaciones, a pesar del gran sufrimiento psicológico y a veces físico que provocan, no figuran como entidades separadas en los manuales diagnósticos y por supuesto, ningún tratado de psiquiatría se ocupa de definir que es esa cosa llamada “amor” o “desamor” que parece estar en la base de la petición de ayuda de los o las pacientes en estos trances. . Sternberg, un psicólogo estudioso de estos asuntos, en un libro más o menos reciente, “Psychology of Love” aborda esta cuestión de manera pragmática sin mucha preocupación sobre la esencia de ese elusivo sentimiento.
Sternberg estudia el amor desde una teoría particular que es la suya: La Teoría Triangular sin renunciar a los aportes clásicos desde Platón a Stendhal.
Considera que en el amor hay tres componentes: Intimidad, Pasión y Compromiso que pueden ser representados como vértices de un triángulo.
La Intimidadse refiere a sentimientos de unión, de cercanía, de conexión y calor en la relación. Se desea promover el bienestar del otro, se experimenta felicidad con el otro, hay comprensión y se recibe apoyo emocional. Se habla de lo que no se habla con los demás.
La Pasión es el impulso que conduce al romance, a la consumación de la atracción física sexual. Además del impulso sexual pueden estar aquí en juego, cuestiones que tienen que ver con la autoestima, la pertenencia a otros, la dominancia o la sumisión. A veces es el flechazo rápido, inexplicable incluso para quien se ve afectado por el.
El Compromiso tiene según Sternberg dos componentes, uno a corto plazo, (la decisión de que se quiere -no necesariamente que se “ama” a alguien) y una a largo plazo, (la decisión de mantener esa relación).
La combinación de estos tres elementos simples da lugar a varias posibilidades resumidas en el cuadro que sigue:
:
Cariño
Solo intimidad
Amor Romántico Compañerismo Amoroso
Intimidad y pasión Intimidad y compromiso
Encaprichamiento Amor vacío
Solo pasión Amor Fatuo Solo compromiso
Pasión y compromiso
El Cariño es el resultado de experimentar dentro de la relación únicamente el componente de intimidad en ausencia de pasión y de compromiso. Se siente calor, bienestar y cercanía con el otro pero sin las turbulencias ni los arrebatos de la pasión y sin el complemento “administrativo” del contrato / compromiso a largo plazo.
El Amor Pasional (“Infatuación”, encaprichamiento) es el “amor a primera vista” (el efecto medusa de la mujer o del hombre que nos paraliza con su presencia) que en general evoluciona hacia la obsesión amorosa con respecto al otro. No existe aquí intimidad ni compromiso al menos en sus etapas incipientes. Puede surgir de manera casi instantánea y desaparecer del mismo modo aunque suele ser fuente de evoluciones malignas. Tiende a la idealización del otro más que a su existencia real y suele durar mientras no es consumado o frustrado. La mejor cura para este apasionamiento, dice Stemberg, en coincidencia con la experiencia colectiva trivial y popular, es conseguir el “objeto”. La convivencia se encarga de erosionar más o menos rápidamente la idealización. El apasionamiento es casi siempre o puede serlo, asimétrico en algún grado. Uno de los dos miembros de la pareja vive la pasión mientras que el otro la acepta o la soporta.
El Amor Vacío es el matrimonio concertado o los acuerdos vía secciones de contactos donde “hombre maduro de tantos años busca pareja de tales características…” Aquí hay compromiso pero no existe ni pasión ni intimidad, al menos, al comienzo. En nuestra sociedad o es el inicio de una relación de “corazones solitarios“ o suele ser una posibilidad final de la evolución de una pareja en la que a veces se producen asimetrías (uno se encuentra cómodo y calidamente instalado mientras el otro vive la relación como vacía) o se espera la vuelta de los momentos pasionales de antes que por lo general casi nunca son recuperados. En otras culturas es la forma tradicional de matrimonio.
El Amor Romántico resulta de la combinación de intimidad y pasión. Es intimidad con el añadido de la atracción física. El compromiso no forma parte de este tipo de amor al menos a corto plazo, incluso en ocasiones son “amores imposibles”.
El Compañerismo Amoroso combina intimidad y compromiso sin pasión. Es la evolución habitual de las parejas en las que el discurrir del tiempo ha hecho disminuir o desaparecer la pasión física que se ve entonces substituida por sentimientos profundos de intimidad y compromiso .A veces en estas parejas, (también en algunos de los otros tipos), se produce una búsqueda (clandestina) de la antigua pasión fuera de la relación bien para “mantener” la relación de compañerismo amoroso” que no se abandona o bien en otros casos para romperla y recuperar algo de la pasión que la relación actual de compañeros ya no proporciona.
El Amor Fatuo es el arquetípico del matrimonio de actores de Hollywood. Pasión rápida de un día, matrimonio al día siguiente y divorcio pocas semanas después. Aquí el compromiso se establece no sobre la intimidad como en las relaciones mas estables sino sobre la pasión inmediata que en cuanto decae arrastra tras de si el compromiso.
En fin, el Amor Completo es como puede suponerse el que reúne los tres componentes y el No-Amor la ausencia de cualquiera de estos componentes en nuestras relaciones habituales.
Cualquier relación amorosa se va desplazando a lo largo del tiempo de uno a otro de estos tipos puros pero no evolucionan del mismo modo los dos miembros de la pareja. En su “Inteligencia Emocional”, Goleman menciona algunos trabajos que vienen aquí al caso en relación a los modos diferentes en los que hombres y mujeres viven estas relaciones. Cuando por ejemplo, un grupo de niños juega al fútbol y uno de ellos se lastima, lo habitual es que el lastimado sea retirado del terreno de juego mientras este continua.
Una vez repuesto, se incorporará de nuevo al equipo y proseguirá jugando. Si el grupo de futbolistas es de niñas, el juego se detiene. Las jugadoras se reúnen alrededor de la lesionada hasta que esta se recupera continuando entonces el juego. Lo que sucede es que los muchachos se sienten orgullosos de su independencia y autonomía mientras que las chicas se sienten integrantes de una red interrelacionada. La amenaza a su independencia es un factor a tener en cuenta para el chico mientras que para la chica lo es la ruptura de una de sus relaciones. Estos diferentes estilos están en la base de desacuerdos entre hombres y mujeres que forman parte habitual de los reproches entre parejas que escuchamos día a día en las consultas y en las charlas de café. Una conversación con su marido no tiene el mismo significado para el hombre que para la mujer. Las mujeres cuando son interrogadas sobre lo que es fuente de satisfacción dentro de una relación, contestan que “una buena comunicación”.Los hombres no comprenden esta demanda y suelen moverse según el siguiente patrón: “Yo quiero hacer cosas con mi mujer pero ella solo quiere hablar”. A la mujer le gusta hablar de la relación; el hombre la elude. El resultado es que la mujer se encuentra “cómoda” en una riña mientras que el hombre la evita y se encierra en un silencio que a medida que progresan los intentos de la mujer para reñir se va haciendo más y más impenetrable. Esta escalada es “arquetípica” de los problemas que llevan a las parejas a las consultas. Lo curioso es que si en una de estas discusiones ponemos a los dos miembros de la pareja detectores de tensión, pulso, conductancia dérmica etc. Observaremos un dato curioso: hablando, discutiendo, la tensión y el pulso de la mujer desciende mientras que sube en el hombre; si el hombre calla sus constantes se “tranquilizan”. Entre los predictores de divorcio analizados por Gottman, que asegura que una conversación de 30 minutos con una pareja le permite predecir un futuro divorcio casi con el 100 % de aciertos, están las criticas “ad hominen”. Si por ejemplo, un miembro de una pareja se retrasa en una cita, el que espera puede reprochárselo de dos maneras al menos : puede mostrar su enfado por el retraso y pedir explicaciones del mismo, (lo que no sería demasiado importante con referencia una futura separación) o puede decir algo así : “Tu eterno egoísmo…sólo piensas en ti..”. Esta segunda crítica indica un divorcio posible.
Una maniobra sencilla y útil que puede realizarse en las consultas cuando parejas en conflicto solicitan consulta es la de previa explicación del triangulo de Stemberg y de lo que significa cada uno de los términos, pedirles que cada uno por su parte dibujen un triangulo y puntúen de 0 a 10 el grado de intimidad, pasión y compromiso que cada uno de ellos sienten en la relación. Las discrepancias son a veces sorprendentes e indican el lugar del conflicto y de los malentendidos. Suele ocurrir por ejemplo con cierta frecuencia que el hombre puntúe 8 en compromiso mientras la mujer, que se quejaba justamente del escaso compromiso de su pareja, lo hace con un 3 mientras que las otras dos esquinas del triangulo muestran puntuaciones semejantes. Eso apunta hacia las observaciones de Stemberg sobre como es vivido por cada miembro de la pareja el compromiso y nos indica además la dirección en la que hay que trabajar para remediar la situación (si esta tiene remedio que no siempre es el caso).En este caso por ejemplo, situación “envidiable” desde el punto de vista amoroso, cualquier solicitud de mayor compromiso por parte de la mujer llevaría al desastre pues el hombre esta al limite de su capacidad. Sin duda pueden trabajarse “cambios” pero es un trabajo largo y dificil para las consultas. No son raros los casos, hombres sobre todo, en los que los vértices están divididos. Hay una mujer con la que se mantiene una relación puramente pasional, un compromiso casi siempre con un lugar más que con una persona (los hijos,) y una mujer amiga con la que se comentan todos los aspectos de las otras relaciones. Este triángulo es inestable y puede evolucionar hacia cualquier parte o mantenerse así indefinidamente configurando una de las formas emergentes de las relaciones amorosos post-modernas a las que Gergen en un libro imprescindible,” El Yo Saturado” ha dedicado un capítulo.
En contra del pensamiento popular, el odio no es según Sternberg lo contrario del amor. Lo contrario del amor es la indiferencia: no intimidad, no pasión, no compromiso. Para que surja el odio tiene que haberlo precedido una relación emocional intensa con el otro aunque fuese de breve duración. En el odio hay: negación de intimidad, pasión (furia, ira) y compromiso que aquí toma la forma de una decisión dede constante devaluación del otro sin importar las circunstancias
El fracaso amoroso suele llevar al divorcio. Es famoso el comienzo de Ana Karenina de Leon Tolstoi: Todas las familias felices se parecen; cada familia infeliz es infeliz a su modo. En su libro What´s predicts divorce?, John Mordechai Gottman repasa los descubrimientos realizados a lo largo de años de investigación con parejas en las que intentaba averiguar que podía predecir su divorcio en los años siguientes. La investigación tiene su importancia: el 50 % de los matrimonios en USA terminan en divorcio cifra que se incrementa un 10 % cuando se trata del segundo matrimonio. El divorcio afecta a la salud incluso a través de cambios inmunológicos. Gottman estudia 8 variables: resolución de problemas, afecto, poder, respuestas trans-situacionales, secuencias como inicio, continuación y reciprocidad positiva, respuestas fisiológicas, distancia y aislamiento y como la pareja ve su historia pasada. Gottman utiliza una serie de instrumentos de evaluación y filmaciones que no vamos a detallar aquí pero para dar cuenta de la minuciosidad de su estudio baste decir que una de las técnicas imprescindibles que hay que dominar para trabajar en su laboratorio es la FACS o la EMFACS que son sistemas de observación y codificación de expresiones faciales en las que el observador en el momento de revisar la filmación va anotando el grupo facial afectado con una clave numérica. Gottman no señala : “el hombre sonríe..” sino “12 sin 6” donde 12 señala la contracción de un grupo muscular y 6 la ausencia de contracción de otro. Esta escala elaborada por Paul Ekman y Wallace Friesen ha pasado a una teleserie americana que se puede ver actualmente en las cadenas españolas donde un colaborador policial que se dedica a investigar cuando algún interrogado miente a través de las anomalías de sus expresiones faciales. Además de las entrevistas, los estudios se acompañan de registros neurofisiológicos y de escalas psicológicas variadas. Con todo este aparataje, Gottman es concluyente: puede predecir a partir de una breve entrevista de 15 minutos en vídeo, de algunos cuestionarios y de lo que él llama la historia oral, que parejas se van a separar con un 94 % de exactitud.
La “Historia Oral”, es una entrevista semiestructurada en la que se pregunta a la pareja acerca de la historia de su relación, (como se conocieron, como fue el noviazgo y el matrimonio, los buenos y malos momentos, sus ideas acerca de cómo debe ser un matrimonio ideal, como fue el de sus padres, como es el suyo actualmente y se les pide además que seleccionen entre sus conocidos un buen y un mal matrimonio y analicen las diferencias ) .Suelen recogerse datos como los que Buehiman ha codificado recientemente. Para esta autora hay unos cuantos rasgos que predicen la disolución matrimonial, tres positivos y tres negativos:
a.- El uso por parte del marido de los we-ness. El contraste entre el número de nosotros y el de yo, mide el sentimiento de unión-desunión de la pareja.
b.-La “expansividad” del marido durante la entrevista, (informa ampliamente y con detalle de su vida de pareja) en contraste con su laconismo.
c.-El orgullo expresado por el marido hacia su mujer.
Las tres negativas son:
a.-Caos. La extensión de su vida diaria que ambos sienten fuera de su control.
b y c.-Grado de decepción sentida por ambos con respecto a su vida en común.
Para Gottman hay Cuatro Jinetes del Apocalipsis marital, cuatro conductas corrosivas que predicen el divorcio futuro:
1.- Desprecio y Disgusto.
2.- Actitud Defensiva.
3.- Criticismo
4.- Stonewall (“Hablar con una pared”).
Otro punto de interés en el trabajo de Gottman es la que viene desde la Teoría de la Atribución. Lo que Gottman encuentra es que en las parejas “felices”, la negatividad, los comentarios negativos por parte de cualquiera de los miembros, es vista como algo situacional, externo y pasajero y los comentarios positivos son vistos como estables e internos. En las infelices pasa justamente lo contrario. Las actitudes negativas del otro se consideran como internas y estables y las positivas como pasajeras, inestables y motivadas por la búsqueda de algún beneficio.
Un punto importante del libro de Gottman es su concepto de “información”. Desde los tiempos de la “Teoría de la Comunicación Humana” de Watzlawick y al, es lugar común el axioma de que toda conducta tiene valor comunicativo y es imposible no comunicar. Para Gottman esta definición no es científica ni operativa. Siguiendo a Raush dice:
a.- Si lo que yo hago no tiene efecto alguno en el otro entonces no hay comunicación con el otro.
b.- El conocimiento de los actos antecedentes en una corriente de conductas reduce la incertidumbre en la predicción de los actos que siguen si la comunicación ha tenido lugar.
Veamos las respuestas del marido a 100 actos previos de la esposa que pueden ser “agradables” o “desagradables”: En este cuadro se observa que si los 100 actos de la esposa son “agradables” , el marido responde a su vez con un acto agradable en un 90 % de las ocasiones y solo en un 10 % de manera desagradable. Lo mismo ocurre cuando los 100 actos previos de la esposa son desagradables. Es decir: lo que haga la esposa afecta a la respuesta del marido. Hay en consecuencia, “comunicación”. Otra posibilidad de 50 actos de la esposa agradables, el marido responde en un 50%. Lo mismo ocurre en los actos desagradables. Aquí no hay comunicación. Haga lo que haga la esposa el resultado es el mismo. Es decir: no hay comunicación cuando el acto consecuente es independiente del antecedente. Lo importante aquí es considerar que en contra de las ideas tradicionales que afirman que siempre hay comunicación, incluso en el silencio, puede no haber comunicación en una pareja. A veces puede haber comunicación, es decir, capacidad de influenciar las respuestas del otro pero en una sola dirección. Esta asimetría es el “poder” y suele ser una característica de las parejas con grados altos de insatisfacción más que de las satisfactorias.
PD: No se si las ideas de Gottman habrán cambiado mucho en estos años, (las notas que aquí se mencionan son de su libro de 1994). Las de Sternberg no han cambiado apenas. En Internet hay información abundante sobre estos asuntos. Para interesados: What predice divorce?. J.Gottman. Lawrence Erbaum. 1994; La naturaleza del odio de R.J. Sternberg y Karin Sternberg, en Paidós. 2008; El triángulo del amor, también en Paidós, 1998.