Estimado Moncho:
Después de la tempestad de imbecilidad que dejó tantos culos al aire viene ahora esa calma chicha de sensatez en forma de opinadores que nos hablan de lo lejano y al mismo tiempo cercano que estaba Trump y sus trompas, sus borrachos, sus mamuts entrando en la cacharrería del Congreso de Washington. En los dibujos animados siempre era muy fácil distinguir a los tontos, al perro pulgoso, al tío gilito, a los osos ladrones y al correcaminos y su coyote, pero cuando hay que dar el salto mental al cine “Dogma” no distinguimos nada. Las vergüenzas cuando pasan en otras latitudes, parecen más vergüenzas que las nuestras, que siempre tienen una disculpa en la recámara, y estos memos de aquí son de los nuestros, así que amémoslos como a hermanos. Trump es un perfecto cretino, eso parecía claro desde el principio, y de nada sirve pensar que lo votaron setenta millones de personas, vete tu a saber porqué. Puede ser que para que lo elijan a uno el único requisito indispensable es presentarse como candidato. Si no, ya me explicará la razón de lo que hay… Argumento: ¿ y usted se cree mejor que “lo que hay”? Respuesta: indudablemente. Argumento: ¿ Y porqué no se presenta usted? Respuesta: Porque no me da la gana.
Vemos la viga en el sistema americano y no vemos el morral de alfalfa en nuestro sistema. Un alcalde, con una danza del vientre hipnótica, pone y quita un árbol de luces por Navidad, todos al cementerio a ver el show, y no se le trata de populista, ni de tontaina ( en mi pueblo a estos los llaman charros). No, es un socialista campechano que sabe ponerse a la altura de su gente. O será al revés, que su gente anda por la altura de su cintura, succionando. Otro alcalde le entrega dos mil euros a los autónomos así sean Rothschild o el vendedor de calcetines puerta a puerta. No es un populista loco, es un “colega”, tal vez un poco pasado de pedal. No son suyos esos euros, pero eso es un detalle sin importancia, lo que cuenta es la muñeira. Nos callamos como las mudas lombrices en la tierra. Una psicópata amórfica funda un hospital que sólo se llenará de cadáveres, sólo habrá médicos forenses haciendo prácticas allí dentro, y nos callamos como muertos mudos por la pandemia. Ssshh no se diga nada, no nos vayan a tachar de antidemocráticos, los votos fiscales lo justifican todo. Unos Comités Abiertos De La Facultad de Ciencia Políticas y sus guapos coleguillas con coleta zen, bebedores de té de rosas que hasta mean pis perfumado de izquierda, nos gobiernan, y llaman a su vera, todos a una, a los asesinos hombres pacíficos y a los amigos de los asesinos, pero tengamos la fiesta en paz que tienen votos que los amparan. Unos locos curas carlistas señoritos y sus cacharros, se saltan a la torera prohibida en la plaza de Barcelona, la Constitución que otros soportamos, pero ya vendrá Dios Finchado con el indulto, que los populistas son los otros, como diría un Sartre con dos copas encima.
Cuando todo el peligro ocurre allá lejos, en la democracia más antigua del mundo, nos echamos las manos a la cabeza. Aquí andamos a vueltas a ver si en lugar de doce cascabeles nos ponen trece y si las orejeras nos aprietan menos. Mientras tanto la momia del Maestro Mao, el gran demócrata del gobierno del pueblo para el pueblo pero sin el pueblo, que transportamos en el carromato desde la Ciudad Prohibida al Rocío, se escojona en su catafalco porque él sí que fue un gran populisto y no estos aprendices.
Atentamente,
Lázaro Isadán