Tú reciente abandono del Parlamento gallego me originó, estimada Delegada de la Xunta y exdiputada del PP, un sentimiento agridulce. Cuando leí que dejabasel escaño, no pude reprimir un aplauso por lo que significaba de desapego a un cargoespléndidamente remunerado y laboralmente cómodo (apretar un botón según las indicaciones de los jefes del PP). Hacías lo contrario de lo que hacen la mayoría de los políticos, de tu partido y de los demás, que no es otra cosa que interpretar la máxima de Belén Esteban y proclamar a los cuatro vientos: <Yo, por mi escaño, mato>. Tú no. Tú te mostraste desprendida, nada ambiciosa (<mucha gente triunfaría en menudas cosas si no estuviera perturbada con grandes ambiciones>, que decía el clásico) y abandonaste la comodidad garantizada en el Pazo do Hórreo por la eventualidad del cargo de Delegada de la Xunta. Mudaste cuatro años de seguridad blindada por tu acta por la contingencia de un puesto de designación del que pueden despojarte con la misma rapidez con la que te lo han dado. Y eso merece, y lo hago con gusto, puesto en pie y con las palmas humeantes, un entusiasta aplauso. ¡Olé tus reaños (sería muy vulgar poner la palabra habitual), Marisol Díaz Mouteira!
¿De provoca, entonces, el sentimiento agridulce de tu “deserción”? ¿Qué puede frenar mi entusiasmo por tu decisión en unos momentos, además, en los que (véase el ejemplo del PSOE), nadie abandona las canonjías? Pues muy sencillo. La sensación ácida me viene porque creo en ti, en tu laboriosidad, en tu dedicación, en tu honradez, en tu formación y en tu capacidad. Y cuando se cree así en un político (o política para ser políticamente correcto con los lectores/lectoras de El Cercano), se desea que esté en el pedestal más elevado para que sirva de ejemplo a otras rémoras que ocupan escaños iguales. El Partido Popular te había elegido como número uno de una candidatura que batió todos los récords de éxito electoral. A pesar de ello, y cuando estaba en la cresta de la ola del triunfo, la líder (lideresa para seguir siendo políticamente correcto) abandona el oropel del Parlamento por el papel más secundario y difícilde Delegada de la Xunta. Preferiste, estimada Marisol, ser cabeza de ratón que cola de león. Optaste, en lugar de por calentar asiento en Santiago,por ocuparte delos 322.293 ourensanos y por recorrer todos y cada uno de los 92 concellos de la provincia palpando necesidades y barruntando soluciones. Gran ejemplo, de nuevo, el tuyo.
Me queda por decirte que pagas con generosidad la tacañería mostrada por el PP contigo tras el éxito electoral. A una número uno no se le puede despachar con la ocupación secundaria de “aprieta botones” en la que, por cierto, seguro se encuentra feliz tu sucesor Antonio Mouriño, el exalcalde de Celanova y superviviente clásicoy profesional de la políticaclásica y profesional. El PP fue cicatero contigo como puede verse al contemplar como el número uno por Pontevedra, Alberto Núñez, es presidente de la Xunta; el de Lugo, Francisco Conde, es nombrado conselleiro de Economía, Emprego e Industria y el de A Coruña, Diego Calvo, vicepresidente del Parlamento a las órdenes de Miguel Santalices que figuraba detrás de ti en la lista ourensana.¿Cómo se entiende esto? A ti, que eras la única mujer que encabezaba una candidatura del PP, te relegaron, inmerecidamente, al ostracismo. En lugar de dar un puñetazo en la mesa (ahora que ya no está Beiras en ese menester), para reivindicar tus bien ganadas opciones el 25-S, callaste. No te importó el ninguneo. Cogiste el hatillo y te volviste a Ourense para ser, no tengo ninguna duda, una eficaz y leal embajadora de Feijoo en la provincia. Te dieron un bofetón y ofreciste la otra mejilla sin el menor quejido al declarar en La Región: <A Ourense se lle ten en conta en Santiago>. Eso se llama lealtad. Que la suerte te acompañe.Sé que el resto lo pondrás de tu parte.
josemanuel.rubin@gmail.com
1 comentario en “CARTA ABIERTA A MARISOL DÍAZ MOUTEIRA, LA CABEZA DE RATÓN DEL PP OURENSANO”
Alguien que habla de política con gracia, y sin aburrir a las ovejas. Increíble !!!