Llevas una semana de retraso, estimada diputada del PSOE, y me temo que éste sea mayor. Habías declarado en La Voz: <Si me tengo que ir, me iré, pero después de votar no a Rajoy>. Ya votaste no, en contra de la decisión del partido que te aupó de la nada al Congreso de los Diputados, y ahí sigues en nómina. Votaste a tu libre albedrío porque tus apetencias están por encima de militancias y directrices. Una militancia que te importa un bledo como lo demuestra el hecho de que comenzaste a pagar las cuotas al partido, según dijo su secretaria de Organización, cuando te ofrecieron el caramelo del Congreso.
Tu postura contraria a la abstención decidida por el PSOE no me sorprendió. Te retrataste desde el primer momento cuando los militantes habían optado por Laura Seara y no por ti. Sonreías cada vez que llegaban los resultados de las agrupaciones socialistas sin tu nombre pues bien sabías que el puesto estaba asegurado merced a la prerrogativa de los que entonces mandaban (Besteiro, en Galicia, y Pedro Sánchez, en Madrid) y hoy están laminados. Entonces ya habías sido clara y rotunda: <Esta no es mi guerra>. Eso de respetar la opinión de la militancia, de someterse al dictado de la mayoría, de obedecer a los órganos del partido, de cumplir sus estatutos, de hacer equipo, etc., etc., no era ni es para ti. Lo tuyo es hacer lo que te da la real gana. Por eso no me sorprendió ahora tu solitaria decisión.
Fuiste el único verso suelto gallego. La única militante del PSdeG que votaste no a Rajoy. Por mucho que te quieras comparar con vascos y catalanes hay una diferencia sustancial. Su no estuvo basado en la decisión unánime de los respectivos partidos del País Vasco y de Cataluña. A ti tan sólo te respaldaba tu ego, tu afán de notoriedad y los cuatro amigos que te nombraron. Llegaste al PSOE por la puerta del favor y bien sabes (porque llevas más de dos décadas en Ourense y tuviste que verla funcionar muchas veces) que ésta es tan baja que hay que entrar arrastrándose. Te arrastraste para quedar bien con los que te nombraron pero quedaste mal con los socialistas que saben que un partido de más de cien años lo es porque los criterios de la mayoría se imponen a los propios.
Como ya habías perdido la dignidad democrática aceptando un nombramiento a dedo en contra de la militancia, no te importará seguir apretando el botón en el Congreso según tu real capricho. Un capricho que le costó caro al PSOE de Ourense. En el 2008 había obtenido 94.315 votos. Ocho años después, contigo liderando la lista, obtuvo 44.726, bastante menos de la mitad. Y cuando se repitieron las elecciones en junio no fuiste capaz ni de mantener resultados al contabilizar tan sólo 43.429. A pesar de la debacle, te consideras con derecho a estar por encima del partido, de sus órganos de dirección y de sus militantes. Y eso en mi tierra, que es la tuya de acogida, se llama tener morro, mucho morro o, dicho de otro modo, tener más cara que espalda.
josemanuel.rubin@gmail.com
1 comentario en “CARTA ABIERTA A ROCÍO DE FRUTOS, EL VERSO SUELTO DEL PSOE”
Antes de las subvenciones, algunos periódicos y algunos periodistas eran así. Ahora, parece ser un lujo reservado a jubilados, se llamen Rego o Rubín.