Por estas fechas cada año nos acordamos menos de lo que estamos celebrando, son días de alegría, comidas, regalos, deseos de felicidad y buena voluntad, sin olvidar que para que nuestra conciencia occidental quede tranquila no nos olvidamos de los más desfavorecidos. Antiguamente se celebraban las Saturnales en honor de ese dios del 17 al 25 de diciembre, aunque poco a poco fue tomando fuerza la celebración de la nueva vida del Sol, por esas fechas son las noches más largas, pero ya empieza a cortarse. Con la llegada del Cristianismo, especialmente con la declaración de Constantino cómo religión oficial, esas fechas fueron se sustituyeron por la celebración del nacimiento en Belén del Niño-Dios. Por los relatos bíblicos y por los pocos datos que se poseen de ese acontecimiento la fecha real es unos meses antes. Si además tenemos en cuenta el nacimiento del Juan Bautista, que según los relatos evangélicos Lucas 1:5,8 que dice que el padre Zacarías servía en el Templo conforme a lo que dicen 1º Crónicas 24:10 (la séptima, a Cos; la octava, a Abías a la que pertenecía Zacarías y era entre el 1 al 8 de junio, la siguiente, cómo era Pentecostés quedaría una semana más) en función de estos datos Juan el Bautista debió nacer sobre el 15 de marzo, cómo se llevaban unos seis meses (Lucas 1:26-36 “y al sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado ….”), por lo tanto el Niño-Dios nació, como ya he dicho en otra ocasiones a mediados de septiembre, esa sería la fecha real de la celebración, pero cómo tantas celebraciones cristianas se sustituyeron las paganas por las nuevas y este es uno de de los múltiples caso en que ha sucedido.
Desde hace algunos siglos se está tentando retirarlo de la circulación, aunque hace unas décadas comercialmente no interesa, así que ahora ni celebramos Saturnales y otros dioses ni las del Niño-Dios, se han convertido en un sin sentido en donde todos tenemos que ser buenos, solidarios, acordarnos de los que lo pasan mal. ¿Acaso el resto del año se encuentran bien, tienen agua, comida en abundancia?. Jesús de Nazaret siempre se preocupó por todos, en especial a por los más desfavorecido en toda época, cuando celebremos estos días su nacimiento tengámoslo presente, su mensaje perdura y eso que algunas veces lo deformaron.