¿Qué está pasando? Lo ocurrido en el Concello ourensano ha trasmitido confusión, duda de lo que se va hacer, a lo que podemos añadir que por uno u otro motivo demasiados temas acaban en los juzgados, lo que parece ser que inhibe a los funcionarios para realizar y firmar informes, añadiendo más perplejidad puesto que los funcionarios han demostrado a lo largo de todos los años que son eficaces y escrupulosos en la realización de sus trabajo.
Tengo la sensación de que si Valle Inclán escribiese sobre lo que sucede en nuestra ciudad sería con una novela de la serie cuyo estandarte es Luces de bohemia. Nuestros representantes deberían tenerlo presente, sabiendo que el ciudadano no les va a pedir milagros, ni nada imposible, sólo lo que es normal que se haga para que Ourense crezca y que no se estanque. Es momento de olvidar la preeminencia de la razón de Estado sobre cualquier otra de carácter moral, cómo escribió Maquiavelo (quizás donde pone Estado aquí habría que escribir Partidos), y tener presente que nunca está justificado en una democracia dar la sensación de proceder con astucia, doblez y perfidia. La situación a la que se ha llegado requiere un diálogo de todos los partidos sin complejos, siendo conscientes de que hay posturas ideológicas muy distantes por lo que puede resultar difícil hacerlo, la dificultad la va entender el ciudadano porque sabe que es hora de pensar en Ourense, y en desean que sus problemas tengan solución y mejoren de forma real las perspectivas del futuro de la ciudad.