Sé que la mayoría de los políticos de todo el mundo son honestos y defienden lo que creen y los intereses de los ciudadanos a los que representan, y que lo dejaban cuando se ponía en duda honestidad política. Encontramos ministros alemanes que dimitieron por copiar parte o casi toda la tesis doctoral, el speaker de los Comunes en Inglaterra lo hizo porque unos miembros del Parlamento Británico hicieron trampas con las dietas, hay más ejemplos de actuaciones inadecuadas seguidas de la dimisión instantánea. Pero desde hace algún tiempo nadie se considera con la obligación de hacerlo, aunque existan indicios de que la tarea que ha realizado no ha sido correcta, posiblemente como en el caso de Christine Lagarde (FMI) cuando era ministra de Economía de Nicolas Sarkozy, que ha sido imputada por presunta negligencia en llamado caso Tapies por la adjudicación en el 2008 de 403 millones de euros. Son hechos aislados la presumible corrupción en la política del mundo occidental, porque si rascamos un poco en el resto del mundo nos salpicaría la podredumbre que existe en muchos países. Ciertamente no es un consuelo con lo que estamos viviendo en nuestro entorno político que desgraciadamente para los ciudadanos nos afecta también y con escalas al menos comparables a las de otros países. Los millones o miles de millones de euros en los informativos y periódicos parece que son normales, cuando la mayoría de los ciudadanos no alcanzan a cobrar los mil euros al mes y el pueblo empieza a estar cansado, lo que está propiciando que muchos partidos estén utilizando tácticas demagógicas, movimiento de masas apoyados en la utilización de sofismas, afirmando que representan la mayoría de los deseos de los ciudadanos, quieren cambiar la realidad provocando la acción-reacción, esperando que el tiempo y la propaganda les permitan alcanzar el objetivo marcado. Son necesarias propuestas acordes con lo que quiere la sociedad, decisiones arriesgadas y valientes, muchos militantes lo hacen pero cuando llegan a la cúpula del partido no se aplican, y lo estamos viviendo en casi todos los partidos y en otros emergentes. En las soluciones que esas cúpulas proponen ¿se tiene en cuenta a la gente normal a la honrada?, ¿garantizan la separación de los poderes del Estado?. Realmente se necesita una nueva ley electoral representativa y justa para que los españoles puedan elegir directamente a sus gobernantes y representantes, y probablemente un modelo territorial de corte federal, ¿solo hay que cambiar eso?, ¿realmente cambiándolo se soluciona todo?. No, seguimos anclados en el siglo XX y ahora tenemos que realizar un cambio profundo de las actuales estructuras para que permitan la convivencia social que la mayoría deseamos, sin dar la espalda a los problemas existentes tanto en nuestra tierra cómo los que padecen en cualquier nación del mundo, denunciando las injusticias y las carencias de libertad que soportan. La verdad, la libertad, la igualdad y la justicia deben ser la bandera que nos conduzcan a una sociedad en donde el hombre sea libre y digno sin tener en cuenta el color de su piel, su sexo, su condición social o sus creencias ideológicas o religiosas, unidos en un proyecto sugestivo de vida en común (Ortega y Gasset), y en donde los que gestionan la polis dejen de ser imputados. |
Imputados o políticos
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Jacinto Seara
Jacinto Seara
Un gallego nacido en Santiago de Compostela que por los años sesentas dejó su querida tierra y emprendió su camino universitario en Madrid para estudiar nada más y nada menos que Física Nuclear, no conforme, en los setentas decidió cursar la carrera de Informática. Es también diplomado en Comunidades Europeas por la Escuela Diplomática en el 79. Un año antes le fue otorgado el Premio Guide Ibérica IBM 1978. Gran conocedor del mundo, en parte gracias a su trabajo por España, Portugal, Europa y América retorna a su tierra gallega en busca de tranquilidad y calidad de vida, sin dejar de mantener su cabeza bien ocupada, que nos consta, está muy pero que muy bien formada…
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