Mayo, como es tradicional con el buen tiempo también llegan los exámenes finales para los estudiantes, cuando los escucho en la calle, en los parques, oigo lo que lo que tantas generaciones en las mismas situaciones hemos repetido, no sé si llegaré, es demasiada materia.
Oyéndolos hablar mentalmente retrocedí en el tiempo, con nostalgia y alegría recordé a los maestros que en mi niñez y adolescencia me formaron. Los “veo” como personas enamorados de su trabajo que con todos los problemas que debían tener nunca los mostraron. Eran escuelas unitarias, y tenían la paciencia de atendernos a todos, evaluando los ejercicios con un mal, regular, bien, notable y excelente escrito encima del ejercicio corregido. Enamorados de su profesión -lo viví en familiares muy próximos- consiguiendo con los escasos medios de que disponían hacernos comprender y aprender cada tema, y lo que es más importante razonar para obtener conclusiones propias.
Los maestros hoy siguen manteniendo el mismo espíritu y amor a su profesión -ya sé que ahora se les llama de otra forma- hay que renombrar, “cambiar todo para que nada cambie” cómo escribía Lampedusa. La empatía con los alumnos es perfecta, se preocupan de los problemas actuales y de los futuros, los aconsejan cuando dudan, y por supuesto les enseñan. Entonces ¿Por qué los jóvenes cuando finalizan sus estudios se van de Ourense?. Se ha visto desde hace muchísimos años como normal, casi natural la emigración de la juventud. Las acciones encaminadas a retenerlos no han dado los frutos esperados, ha sido triste ver que por las llamadas razones “políticas” o por no encontrar apoyo algunas empresas buscaron otros lugares para establecerse.
Son muchos los que vienen detrás, en contra de lo que se dice. Ourense no es una ciudad envejecida, la envejecemos con nuestras actuaciones, sí salimos vemos muchos los niños yendo o saliendo de los colegios, jugando en los parques, y adolescentes en pequeñas pandillas bulliciosas que alegran la ciudad, pongamos los medios para que encuentren trabajo aquí. TODOS, empresarios, Cámara de Comercio, Administraciones, asociaciones de comercio… tienen que actuar conjuntamente y aparcar ideologías -ser la continuación de esos maestros que forman a nuestros niños y jóvenes-, y hacer lo posible para que se invierta la tendencia secular de nuestra ciudad y provincia. Ese debe de ser el objetivo de esta década, y así superar lo dicho por Castelao: “En Galiza non se pide nada. Emigrase”.
¡Hay que actuar ya!. “Si no piensas en tu porvenir, no lo tendrás.” John Kenneth Galbraith.