Soy la mirada que habito. Una mirada que sobrevuela la realidad sin aposentarse en ningún lugar. Una mirada construida con infinitas capas que el tiempo ha erosionado.
La capacidad de materializar una visión interna necesita altas dosis de energía y creatividad. Esto me posiciona con relación a territorios expresivos. Valoro la armonía y el impulso luminoso. De mis años vividos queda un poso de sensibilidad y asombro. Una mirada espontánea y afilada que se refugia en la Naturaleza y conecta con todas sus criaturas. Sobre todo las pequeñas.
He necesitado crear un mundo propio para sobrevivir. Un lugar interno de resistencia y coraje donde respirar, confiar, caer vencida y levantarme para crear la vida. Una vida palpitante que expande su latido.
©Cruz López Viso, 2016.