Le habían dicho no sé qué cosa a decir verdad. También que aquel día era nochebuena y al siguiente navidad. Con cara de chufla parece ser le contaron, buenos días vecino, querido vecino, qué vecino tan querido, qué querido tan vecino, se lo había recordado en el ascensor a eso de las ocho el del cuarto A cuando las escaleras seguían mojadas de tanto fregar y el ascensor apenas tibio de subir y bajar. Y le dijo que se llamaba Humberto. ¿Y usted qué opina Doña Angelita? Ah, me encanta la Navidad, sus fastos y oropeles, su continuada verbosidad, sus pavos desplumados, sus parabienes de turrones y sonrisas de mazapán. Qué quiere que le diga. Y por decir le digo que me viene la niña desde Katmandú con su… y sus cuatro hijos de… Que me viene la niña de una ONG desde Katmandú. Que me viene la niña sin rechistar preñada de nuevo otra vez. Dañada la flora vaginal, preñada y yo qué sé. No sabe cómo la endivio. Lo imagino lo imagino porque si la endivia fuese piña…
Le habían dicho que aquel día era nochebuena y al siguiente vanidad. Con cara de cona, hola vecino, vecino no tan querido, te lo recuerdo en el ascensor a eso de las tantas de la mañana, tantas de las tantas de dos mil y pico sin saber por qué. Mire usted, a mí esto de la vanidad me la ventila, me la circunloquia. Yo nací completamente crudo una noche de. Ya mi madre lo había vaticinado en el momento de la concepción: qué crudo te veo Fulanito teniendo en cuenta. Es cierto, respondió Fulanito en el momento de la concepción teniendo en cuenta.
En cuenta qué.
Qué.
Y el del cuarto B, que había nacido en Calatayud pero se había criado en Islantilla al cobijo de la mojama,cañaílla va y fino hasta por detrás, crema señor, atún de almadraba se lo digo yo, al cobijo de la mojama como mal menor. Loncheada así, zis zas, mire usté qué bien, qué buena pinta no me diga más. Y ahora…un poco de aceite…eso sí: virgen extra. Por supuesto primera extracción. En fríofaltaría más.
¿Le gusta?
Me.
¿Y después?
El del bajo C, por dios qué desilusión, ¿y usted en qué trabaja? Señora regento un puticlub. Eso sí; todo legal, con sus tasas, sus impuestos y sus víctimas de explotación. Motel le llaman, algunas desnudas y otras sin bragas pero con delantal.
Siendo así…
Siempre había creído, él, que el del bajo C pertenecía a esa casta de los…pero cuando lo vio con aquella camisa…aquellos pantalones…aquellos zapatos… me cago en su puta madre cómo se puede andar, caminar por la vida con esos zapatos negros de hule pareciendo charol.
Pues se puede. Se puede saber porque sí y también por qué.
¿Y después?
¿Después? Ni se lo imagina.
Cuente cuente.
Pues el del segundo D que me pregunta si quiero qué.
Si quiere que qué.
Pues eso.
No. No sé.
Que si quiero, mirando hacia el Montealegre, camino del Cruz Alta, esparcida de nalgas ycon las tetas en los pies.
Y usted qué le dijo.
No sé.
Y le digo otra cosa. Le cuento. ¡A que no se lo imagina!
No me lo imagino.
Pues el del bajo cubierta.
Y eso qué es.
El de la buardilla.
Ah.
Pues el del… el de la buardilla (perdón, me falta una hache) el de la buhardilla, ahora sí, que me preguntó si esto era lo mismo o parecido sin más.
¿Y después?
Después ya nada.
Ya nada sería lo mismo.
Ya nada sería.
Ya nada.
Ya.
Y lo demás…a cambio de qué. Feliz navidad… buenos días…a cambio de qué. Querido vecino…vecino querido a cambio de qué.
A cambio de qué.
Y en el invierno de dos mil y pico, una navidad vino a vernos. Vino a vernos sin saber por qué. Cómo me zahería aquel después, después de tanto. En aquel invierno, dos mil y pico después, me di cuenta.
Cuenta de qué.
De que nada era a cambio de.