Y en la esquina del día, cuando ya había pasado el tiempo de las horas, cuando apenas quedaba más, esquinado el día, se encerraba pensativo en el cuarto de pensar.
Y no pensaba.
No sabía.
No pensaba porque no sabía.
Por qué no sabía.
No sabía.
No sabía por qué.
Había nacido impensado y en hora impropia de nacer.
Joder Elvirita, vaya horas. Por parte de madre lo habían traído al mundo de mala manera después de una cesárea a cuchillo de despiezar, a un tercio de la madrugada y bastante antes del amanecer. Vaya horas Elvirita. Joder.
Recolocaba el sillón gastado de orejeras gastadas, alisaba el paño bordado en el brazo derecho gastado y se sentaba, gastado, con el mismo libro de tapas gastadas, gastadas las horas, gastado después de renglones el atardecer.
Siempre a deshora. A deshora casi todo. Es que estamos a punto de cerrar mire usted señor. Ya no nos queda, nosquedabahaceunratoperoahorano. Tal vez para la semana nos entre un pedido tal vez. Y en caso de no, pues créame, nada que hacer. Es que ya le son las ocho pasadas y…ya le son.
Ya le son horas de que se marche a su casa y deje de tocar de los cojones. Ya le son horas de que se vaya por ahí. Ya le son, ya son, horas impropias a pesar de, que yo sólo quiero hablar, buenas noches cómo va. De nuevo por aquí ya ve. Quién me lo iba a decir, ayer en el parque y hoy en el autobús. Ya sabe usted cómo son estas cosas. Hoy aquí…mañana allá…y pasado…ni aquí ni allá. Perdone pero se le está cayendo un moco de la nariz izquierda. Ya lo sé. Gracias por el aviso. Me pasa desde… Creo que tenía dos años nada más. Me pasaba el día, decía mi madre, sorbiendo, vela abajo, vela arriba, vela adentro qué asco joder. Un día me echaron del teatro créame. Era una moquera insustancial, sin nada que aparentar. Además…la obra…no me acuerdo si le digo la verdad. Creo que representaban algo de…no sé. Verá…padezco de rinitis y de alergia a todo, a casi todo. Hacía frío me acuerdo eso sí. Pasé, de casualidad, pasé por delante del teatro…Tenía los pies mojados y los güevos al trasluz. Si le digo la verdad no sé qué significa trasluz aunque me lo imagino. Y perdone por lo de los pies. En el cartelón de la entrada anunciaban algo de y las entradas a. En el bolsillo tenía casi de sobra así que entré. Entré. Se estaba bien. De repente hacía calor. Mucho calor. Y gente. Hacía mucha gente. Una señora me preguntó que por dónde se iba a los lavabos. Y yo no supe decirle si ibaiba con be o con uve. Le dije que si quería mear de pie al fondo a la derecha, que no lleva uve ni be, y ella me ofreció un clínex. Suénese hostia, dijo. Es usted muy desagradable. Intenté decirle que tenía rinitis pero no me dio tiempo. Se fue tan pronto como. Desapareció sala adentro, es usted muy desagradable, qué cabrona, camino de. De repente quedé solo. Y el acomodador que era polaco, palco 3, asientos 3 y cinco, se me acercó sin dejar de mirarme. Disculpe, me dijo recolocándose la chaquetilla de acomodar: por qué corta usted las frases. No entiendo, pregunté trasnochado. Ya sé que no entiende, apostilló suficiente. Se fue tan pronto como, camino de…Esas frases que corta, que zanja, que mutila, que abrevia…por qué.
Si le digo la verdad, no lo sé. Tenga usted en cuenta que soy alguien impropio, nacido a deshora y traído al mundo de mala manera.
Y eso marca oiga.
¿Que si marca? Dígamelo a mí que soy polaco.
Palco 3, asiento 3 despreciando el cinco. Todavía no sabía por qué había reservado dos butacas de palco. Abrió el díptico primero de izquierda a derecha y después a la inversa no fuera a ser. En la sala, de fondo, mientras la gente, qué bien te veo, se acomodaba, ya me enteré, me permite pasar, no, este es el siete y el suyo es el. ¿Este abrigo es suyo? Disculpe pero yo no uso abrigo. Pero si hace mucho frío. Ya lo sé pero yo no tengo frío porque no tengo abrigo. En la sala, de fondo, de fondo y hacia el medio más bien, música de Ella Fitzgerald, joder qué desperdicio, Dream a Little dream of me, interpretada a machete por la orquesta de.
Se fue.
Gastado.
No aguantaba más.
En hora impropia de.
Había nacido impensado.
Había nacido impensado nunca sabría por qué.