El símbolo odiado: la cruz
Jesús de Nazaret o el “Hijo del Hombre” como El mismo se proclamó, murió en el peor de los suplicios que se pueden imaginar, la cruz, reservada sólo a los peores crimínales. Esa cruz tras su muerte se ha convertido en un símbolo de amor, solidaridad, refugio de los más pobre o de los injustamente perseguidos y en especial de la libertad de la humanidad. Lo dice claramente el Papa Francisco: ‘Mientras los