SEMANA XI
DOMINGO Cada vez con más frecuencia dudo de la inteligencia de aquellos que tienen la encomienda de gobernarnos. No dudo ya, como me podía ocurrir en los comienzos de este escepticismo radical del que he enfermado, que a veces su razón falle por culpa de las condiciones atmosféricas o por la velocidad de traslación de la Tierra o por la ingesta excesiva de recortes de maíz transgénico o de antibióticos contra la gonorrea. No,