Teño un amigo aposentado, lector impenitente, co primeiro que fai todas as mañás ao saír da casa e antes de asistir ao café/faladoiro diario é pasar pola súa librería de confianza para preguntar por un libro que lle interesa e/ou pasar un tempo folleando volumes de todo tipo dada a súa condición de lector case omnívoro. Os domingos, sufre, agás cando hai mercado de rúa na cidade e pode dedicarse a buscar algunha curiosidade, sobre todo cando acude unha simpática libreira ambulante que traballa o xénero de segunda man. Imaxino que logo deste mes de confinamento debe estar, como Cioran, nos cumes da desesperación.
Lendo o número de marzo deste ano da revista Letras Libres, atopei un artigo do poeta e ensaísta mexicano Gabriel Zaid, “Libros: prejuicios razonables”, do que copio algúns parágrafos coa intención de que lle sirvan ao meu amigo para acalmar a súa adición libresca.
«Se ha escrito sobre el arte de leer libros, pero hay también un arte de no leerlos».
«Sería tonto, además de imposible, ponerse a leer todos los libros para decidir cuáles nos interesan. Lo práctico es juzgarlos de antemano, aunque el juicio previo sea injusto».
«Las ilustraciones tienen que ser excelentes para que justifiquen el costo adicional».
«Las solapas son fundamentales. No siempre el título deja claro si se trata de una novela o un libro de cuentos o de ensayos o de texto. Puede ser bueno, pero sin interés para el lector no interesado en eso».
«La solapa se agradece si describe el contenido con claridad y honestidad. Hay solapas que ofenden. ¿Quién se cree el editor para decir que esta es la obra cumbre del mejor novelista de habla española en este siglo?».
«Los anuncios y reseñas sirven para saber que el libro existe. No es poca cosa. De la mayor parte de los libros nadie se entera. Si, además, la reseña es informativa y atractiva por sí misma, mejor».
«Una sola reseña de un crítico que inspira confianza induce a buscar el libro o ignorarlo. Pero no muchos críticos inspiran confianza».
«Un libro recomendado por un amigo inteligente está en otro nivel. Según las encuestas, los libros se leen sobre todo por recomendación personal».
«El otro gran motor es la curiosidad. Descubrir un buen libro del cual no se habla hace feliz a un lector conocedor».
«Pocos libros merecen ser leídos de la primera a la última página, ya no se diga releídos».
«Un gran lector puede leer dos o tres mil libros completos a lo largo de su vida. Hay que escogerlos bien y aprender a no leer el 99% restante».
Alfonso Mato