Son dun escritor para min descoñecido, Marcos Díez, e proveñen dun artigo que publicou onte en El País. Non di nada novo, pero nunca está de máis recordar as carencias da nosa sociedade (e tratar, dentro das nosas posibilidades, de solucionalas):
«Salta a la vista que la cultura que no tiene una utilidad laboral clara está quedando poco a poco arrinconada en la educación. Los saberes no utilitarios son desplazados por los saberes prácticos… Los que defienden una cultura que no genere beneficios prácticos o económicos parecen unos ingenuos alejados de la realidad. La educación, mientras tanto, va dejando a un lado la filosofía, el latín o el griego, la historia, la literatura o, más dramático aún, el conocimiento de la lengua sobre la que se articula el pensamiento. El escaso dominio de la lengua es grave porque sin un buen conocimiento del lenguaje no se puede aspirar a la construcción de un pensamiento propio que nos haga un poco más libres y nos permita hacer frente a manipulaciones de toda índole».
«Según el Programa Internacional para la Evaluación de la Competencia de los Adultos, dependiente de la OCDE, solo 30 de cada 100 españoles pueden afrontar con cierta solvencia textos largos no complicados y solo 5 de cada 100 tienen una comprensión lectora que les permite leer textos complejos y extensos. ¿Nos interesa realmente la cultura o nos interesa la economía que la cultura genera? Si lo que interesa es la cultura cabe preguntarse si no convendría, en primer lugar, fomentar el conocimiento del lenguaje para no encontrarnos con unos productos culturales cada vez más simplificados con el fin de favorecer su consumo».
«La cultura que se interioriza, por suerte, es eso que no se puede comprar porque solo se puede acceder al conocimiento que se deriva de ella a través de un esfuerzo personal que no se puede delegar en nadie ni en nada».