Para Marga, que cumple años
Comentaba Rafael Sánchez Ferlosio (La homilía del ratón), al hilo de una frase del ensayista Rafael Argullol –«Es característico de la vejez espiritual refugiarse en lo inevitable»-, lo siguiente: «Si la senilidad busca el refugio de lo inevitable, su amor y sus deseos se volverán hacia una realidad, unos procesos y unos hechos que le ofrezcan las garantías de lo inconmovible, de lo irresistible, de lo ineluctable y así seguidamente con toda la larga ristra de adjetivos que empiezan en in y terminan en ble. Empecinado en que las cosas sean objetivamente así, propenderá a forzar su concepción y sus representaciones con arreglo a la convicción que necesita. Tal esfuerzo comporta lo que suele llamarse una actitud ideológica…».
Bien sé yo, querida amiga, que estás tan lejos de la senilidad como de abrazar esa ideología realista de la que habla Ferlosio. Por tu carácter, que no por tu edad, te asemejas más a aquella joven detective del Londres victoriano, Lois Cayley, alias Oscurita -«Me llamaban Oscurita, en parte por mi tez morena, y en parte porque nunca me entendían»-, dueña de una manera de mirar el mundo que tendía más a la alegría que al desaliento y que no se alarmaba ante las dificultades. Tanto era así, que en su primera aparición en público, allá por 1898, en “Las aventuras de la anciana cascarrabias”, se presentaba diciendo: «El día en que me ví con sólo dos peniques en el bolsillo, decidí, como es lógico, dar la vuelta al mundo».
Y sí, ya sé que Vigo poco tiene que ver con aquel Londres, la ciudad más grande y rica del mundo por entonces, lugar de oportunidades para espíritus aventureros, un nuevo Bagdad, «un hervidero de alfombras mágicas», en palabras de Oscurita. Tampoco nuestro país ofrece a la mayoría de sus ciudadanos la confianza que a finales del siglo XIX ofrecía a los británicos su Imperio. Y no sigo, que acabo como los remeros de la Perestroika en el Volga -¿o eran las rameras, las alegres bolcheviques?-, no poniendo más que peros. En fin, que pintan bastos, pero qué te voy a decir si para ti no pintó casi ningún otro triunfo. No le faltaba razón a Ferlosio cuando escribió aquello de «Vendrán más años malos y nos harán más ciegos / vendrán más años ciegos y nos harán más malos…». O será que los hombres topo ya se han adueñado de nuestros ojos. En cualquier caso, que la hoy pobre y maltratada Venus nos libre del Apocalipsis, del imperio deNiké (la victoria) y del óxido de los días.