Informan de que a nova reforma educativa penaliza, entre outras, as materias de filosofía e arte, dúas das miñas disciplinas favoritas e que considero importantes na formación dunha persoa. Haberá logo que tratar de espallalas doutro xeito. Van, por se lle interesan aos lectores de elcercano, unhas citas da filósofa xenebrina Jeanne Hersch (“Del exilio al adiós”, 1984):
«Una puerta cerrada, y ya no sé nada de tu realidad».
«La realidad del instante presente es lo que da valor a la alegría o al sufrimiento de los hombres».
«Raramente vivimos el arbitraje despiadado de nuestro presente porque nos construimos una especie de nido de recuerdos y sueños. Sorprendentemente, toda nuestra vida afectiva se articula en torno al sí o al no que el presente real impone a nuestros deseos, y pese a ello –o tal vez por ello- nuestro sentido del presente es débil. Salvo en circunstancias excepcionales, no hemos hallado el medio y el valor de enfrentarnos al destino, vivimos de recuerdos y nostalgias, diluyendo el presente en el tiempo. Es realmente extraña nuestra relación con el tiempo. Mal que bien, vivimos como prisioneros seducidos por su exilio».
«Poco a poco, la vida no nos deja más que recuerdos. Es todo nuestro haber, ¡y bien precario! Los que evocamos más a menudo se gastan o petrifican ante nuestro constante acercamiento. La mayor parte se sustraen o se enmarañan. Los recuerdos felices proyectan su ausencia sobre el presente, los tristes, cuya tristeza se atenúa con el paso del tiempo, tienden a reunirse, en el mundo de las historias, con las palabras que servirán para contarlos, y suscitan el remordimiento, como si los abandonásemos por infidelidad».
«Exiliado del pasado por su ausencia presente; exiliados del presente por su agudeza o por nuestra somnolencia, por la evidencia de sus rechazos o por su evanescencia. O por el ardor con que tiende hacia un futuro todavía maleable a la espera y al deseo. Exiliados del futuro por su irrealidad y por nuestra impaciencia, no sabemos encontrar, en el tiempo, nuestro lugar para vivir».
«Sólo sabemos amar lo mortal, lo que podemos perder. Aquello de lo que podemos ser separados».
«Nuestra verdadera patria –aunque vivamos en ella el exilio- es aquella, literal, de las cosas y de los seres mortales que nos rodean».
«… que amemos ese instante y creamos en él lo suficiente como para decirle adiós».