Ayer fui a la Catedral de Ourense a las 19:158 h porque estaba citado por el deán y por el director del Museo Catedralicio para tratar un asunto familiar. Fui un poco antes y estaban en misa. Toca el órgano en el novenario mi amigo Luis Estévez, y entre escucharlo y dar una vuelta por la siempre admirable catedral se me pasó el tiempo rápido hasta que acabó la misa y ya pude entrar en sacristía para hablar con los susodichos anteriores. Pero eso es asunto privado que no viene al caso; sí viene al caso la observación, que vengo contrastando cuando tengo ocasión, de la falta de fieles que tiene la Iglesia, y, entre los que hay, personas solo mayores, no sé si por cierto temor a la muerte que se ve más cercana en edades longevas que cuando eres joven, pero ni un joven a la vista. Otras religiones como la woke parecen sustitutivas de la moral cristiana, aunque los atractivos del arte y la arquitectura de ese mundo creyente siga atrayendo, ¡cono no!, a muchas personas, como podemos pensar de cierta parte de turistas.