Ya va siendo hora de dejar atrás la especulación y también los rumores sobre quien va a ser quien nos gobierne la ciudad en los próximos años. Un situación objetivamente clara en función de los votos obtenidos y repartidos en los distintos partidos con representación final, se ha convertido en un laberinto de posibilidades por la catadura de los protagonistas. Porque hay que echarle guindas al pavo para hacer sumas con elementos rivales, mezclar olivas con alcachofas, o votar popular con bloques socialistas. Lo fácil es contar votos y votos, ver las sumas finales y, lo que es mas importante, saber perder, como saber ganar. Entiendo que para Manolo esté siendo difícil comprender que no es el que fue, pero no debe obcecarse en una meta imposible, por mucho que algún compañero se empeñe en despeñarlo por la humillación y el ridículo. Trasládese la misma razón a otro poder que, según a quien oigas, te hace imaginar los compañeros de cama a los que aludía Fraga, combinaciones de tragaperras que al final nunca ganan, siempre pierden.
Pero de perder es lo que estamos haciendo con esta espera que no sé a qué se debe sino es por una ley electoral que debiera cambiarse a fin de que no sea al menos en apariencia tan obscena. Si me das te doy, te compro un concejal en Orihuela y tú me lo das en Ortigueira, qué mas da la localidad, el caso es que jueguen en uno y otro lado los políticos con los ciudadanos que no nos enteramos. Mientras tanto, no se se solucionan o regulan problemas como el de las terrazas en lugares peatonales que hacen detener a la señora en silla de ruedas que vemos en la foto, simplemente porque no hay paso suficiente con la furgoneta parada y las sillas que se ponen hasta la mitad del paseo. ¿Para cuando una regulación de veladores que no permita el abuso de ellos que se puede vislumbrar por tamaña posición? A saber.