La información que leemos en Faro de Vigo, soportada en gran parte por los datos ofrecidos por nuestro amigo y cercano David Martínez, presidente de los autónomos ourensanos, es para echarse a temblar respecto al futuro que espera a este importante colectivo para generar riqueza. A continuación copiaremos la noticia, siempre citando la fuente, para que nadie crea que aquí somos unos cacos, como, por otro lado, abunda en nuestro mundo; pero no vamos a dejar de dar nuestra opinión sobre el problema. Y es que hay que estar un poco chiflado, o desesperado por trabajar, para emprender cualquier negocio en Ourense. El otro día vino una mujer a consultarme una idea que le ronda la cabeza; es una satisfacción observar la confianza en mi juicio, pues algo tan personal consultarlo con alguien con quien no tiene amistad, es para pensar que al menos merezco su respeto. El caso es que la mujer, de sesenta tacos, quiere ponerse a trabajar, y la única salida que se le ocurrió es poner un bar; vio uno con renta asequible -en principio- por 600€/mes y con posibilidades de explotar contratando una persona más con la que trabajar el negocio. Claro, a fuerza de ser honesto y a pesar de ser agorero, le conté que ese alquiler es la punta del iceberg que solo ve aquel que no conoce lo que está sumergido debajo de la apariencia. Lo primero, el IVA del alquiler, que es del 21%, lo segundo es el recibo de autónomos para poder trabajar, lo tercero es el recibo generoso de la luz por mor de neveras y aparatos propios de hostelería en un momento coyuntural como este, el agua y gas, la calefacción, la ley de prevención de riesgos laborales, el asesor laboral y fiscal, el seguro que cubra cualquier contingencia, la alarma a que te obliga la garantía de robo del contrato de seguro, ley de higienización, la revisión anual de los extintores, la retención trimestral para el caso de los autónomos, el wifi para dar servicio a una clientela cada día más conectada virtualmente, ya no digo si poner prensa de papel, limpieza, etc, etc, etc, Y todo ello bajo la supervisión de los inspectores de Hacienda, trabajo, sanidad y la madre del cordero por si me olvido de alguno. Ahora no se ponga usted enfermo, o que le pique la pierna del ciático inflamado, usted no puede permitirse el lujo de cerrar un día porque, además, sería tachado por algún imbécil de ser mal profesional. A la señora que me consultó su idea, no sé si se la quité de la cabeza pero le aconsejé que no se meta en un lío como este porque podría pasarle lo que le pasa a todos estos que en estos días están cerrando lo que abrieron no hace ni dos años siquiera en algún caso. Después viene la Yoli y los sindicalistas, que no han creado un puesto de trabajo en su vida, y te dicen que hay que subir el salario mínimo y más dignidad en el trabajo, como si tú no trabajaras, además de exponer tu patrimonio, ilusión y ganas. Claro que es normal que cada día haya menos autónomos, sencillamente porque cada día los revientan más y más a los que se atreven a emprender cualquier trabajo. Hasta las Administraciones se dedican a hacerles la competencia, sobre todo en espectáculos, arte y demás acciones que se dirigen al gran público, como si su papel fuera éste en lugar de ser organizador de condiciones para que la gente cree y cree empresas. Es todo tan previsible que aburre. Como aburre que sigan ofreciendo beneficios a los pensionistas con recursos muy superiores a los de cualquier currante activo; les dan balnearios ad hoc a precios menores, el pecado del Inserso aún nadie se atrevió a confesarlo, los cursos y talleres de Fundaciones semi públicas que compiten deslealmente con Academias, oficios y profesionales dirigidos a mayores, un sinfín de privilegios desde el poder a un colectivo que no es el de ayer, tan necesitado sino si cabe hoy de los más privilegiados. Que sí, querido David, que o cambiamos la mentalidad social o de los autónomos no se acordará ni Dios dentro de unos años. Lo malo será que o todos funcionarios o nos comeremos por los pies unos a otros en busca de un puesto de trabajo en alguna multinacional o empresa subsidiario.
Aquí la noticia contada por Faro de Vigo:
Ourense pierde autónomos cada día, cada semana, cada mes y cada año. Es una tendencia que se prolonga en el tiempo y la provincia ya baja por primera vez del umbral de los 23.000, con un registro en julio de este año de 22.992 autónomos. David Martínez, presidente de los autónomos ourensanos dice que “la situación económica y del mercado laboral en la provincia es crítica, por la pérdida de autónomos y también por el descenso demográfico que tenemos cada año”.
Sobre el número actual de autónomos, David analiza que “probablemente la cantidad de autónomos sea menor que el número que queda registrado porque inconcebiblemente el número de autónomos mayores de 60 años ha crecido en 111 personas y eso nos hace pensar que estén dados de alta y no tienen actividad. Así que legalmente deberían darse de baja porque es un régimen especial para cotizar y después tener acceso a una pensión”. Es por ello que justifica que el guarismo de autónomos en la provincia sea de 22.500 reales.
Se prevé que en 2030 un 20% de autónomos se jubilen
La letanía de los autónomos es un problema que radica en Ourense pero que se extiende a otras comunidades, aunque por en el global de Galicia aumenta. Desde el Colegio de Economistas, a partir de un informe en el que colaboró prevé que en 2030 un 20% de autónomos se jubilen. En este sentido, el presidente de los autónomos ourensanos comenta que “actualmente en Ourense tenemos una media de edad de autónomos en torno a los 55 años, por lo que en el horizonte de su actividad laboral o su vida laboral está la pensión en unos años. Si en 2012 se preveía que fuera el 12% el que se jubilara, en 2020 será del 20%, con las consecuencias que eso trae. Ya estamos viendo muchos que se están jubilando, no hace falta más que salir a la calle para comprobarlo”.
Más pensionistas
Ourense es la única provincia de España que tiene menos trabajadores que pensionistas. En un mapa publicado por el diario económico Expansión se puede observar como la provincia tiene un 0.97 de personas trabajadoras y afiliadas a la Seguridad Social por cada pensionista ourensano.
“Es alarmante, tener 0.97 trabajadores por pensionista”
Un dato que David destaca y sobre el que dice que “tenemos 22.992 autónomos y unos 38.000 autónomos pensionistas, es decir a estos pasos los pensionistas van a ser más que los autónomos. Ourense es una provincia de pensionistas y si se analizan los datos interanuales los autónomos de de 20 a 35 años bajan en 250 personas”.
Y añade que “veremos que pasa de aquí a final de año si hay más crisis económica o no, pero muchos cerrarán su negocio o cesarán en su actividad laboral y seguirán decayendo los números. Los que tengan el local donde están tirarán porque no tienen arrendamiento, pero muchos que estén en régimen de alquiler pues cerrarán porque no será sostenible”. Finaliza diciendo que “es alarmante, tener 0.97 trabajadores por pensionista, es muy alarmante, es que no llegamos ni siquiera a la paridad uno y uno”.
Sector primario y teletrabajo
El emprendimiento siempre es un salto importante en la vida laboral y la actividad profesional. Esfuerzo, constancia, talento, y perseverancia son los principios que deben regir la iniciativa de una marca autónoma. Estos principios son los que ejemplifica el rural ourensano y, sobre todo, un mundo primario que es el sector donde más bajas se han dado en los últimos diez años. Del campo desaparecieron más de 1.075 trabajadores afiliados según las estadísticas y la agricultura y la ganadería son las profesiones que más notan la sangría de los autónomos.
David comenta que “el sector primario es el área líder en descenso de autónomos y le sigue el comercio al por menor. ¿Qué pasa? Hay mucha gente que se está jubilando en ese segmento del comercio. En este es sector donde las edades son más elevadas y eso se está notando. Ahora con la situación de la crisis que hay ahora, muchos se están planteando cerrar o extinguir su actividad laboral”.
Se sobrepusieron a las crisis de 2011, a la recesión que vino después, volvieron a salir adelante, se adaptaron a la pandemia con más gastos derivados y cuando celebraban el fin de la pandemia llegó la invasión de Rusia en Ucrania y una crisis inflacionista que de media está aumentando los gastos un 30% más y reduciendo el gasto por habitante.
“No todo el mundo va a poder ser funcionario”
Los cambios sociales y las nuevas generaciones buscan en el empleo público una tranquilidad que no la encuentran en el sector privado y, es por ello, que Ourense es una de las cunas gallegas de los opositores. David dice que “no todo el mundo va a poder ser funcionario”.
La pandemia fue un punto y aparte para la compra de casas en el rural y también en la rehabilitación de hogares familiares heredados para tener esa libertar que no se tuvo durante el confinamiento. Una moda que parece que se arraiga en sensaciones y en números demográficos, pero no en autónomos. David comenta que “no tenemos datos reales que puedan visibilizar esos movimientos en número de autónomos. Lo que sí es que existe esa oleada, pero los que se instalen son aquellos técnicos o particulares que quieran teletrabajar. La mayoría de los autónomos no quiere teletrabajar, según un estudio y después hay que evaluar todas las variables, como una buena conexión de internet, la movilidad de cara a los núcleos urbanos y otros factores que influyen a la hora de tener o de emprender en el rural”.