Lo ha aprobado ya el Consejo de ministros, un bono cultural para los jóvenes que cumplen 18 años este mismo año, y de paso empezarán a votar. Son 210 millones de euros para gastar entre 500.000 jóvenes que se verán favorecidos por esta cantidad de 500€ en gastos de cultura (habría que ver, por fin, cuál es el alcance de esta consideración), buidos de la siguiente forma:
- Hasta 200 euros en artes en vivo, patrimonio cultural y artes visuales: entradas y abonos para artes escénicas, música en directo, cine, museos, bibliotecas, exposiciones y festivales escénicos, literarios, musicales o audiovisuales.
- Hasta 100 euros en productos culturales en soporte físico: libros; revistas, prensa, u otras publicaciones periódicas; videojuegos, partituras musicales, discos, CD, DVD, o Blu-ray.
- Hasta 100 euros en consumo digital: suscripciones y alquileres a plataformas musicales, de lectura o audiolectura, o audiovisuales, compra de audiolibros, compra de libros digitales o ebooks, suscripción para descarga de podcasts, suscripciones a videojuegos en línea, suscripciones digitales a prensa, revistas u otras publicaciones periódicas.
Al margen de estar o no de acuerdo con las actividades bonificables, lo que no parece es oportuno este gasto en un momento donde España comienza a sufrir problemas económicos de una envergadura de hambre, y si no al tiempo. Pero, además, volvemos a lo fácil, el reparto para todos igual, al margen de que algún hijo de millonario no necesite ninguna ayuda para poder obtener este tipo de cultura, mientras por otro lado puede haber personas sin un duro que puedan utilizar esta posibilidad económica para cambiar churras por merinas. Lo que está claro es que seguimos sin querer ver los problemas reales de la falta de pasta que tenemos encima de los hogares y seguimos haciendo políticas para la galería y captación de voto sin vergüenza alguna.