El presidente que quedó con el asunto del culo un poco al aire, lo tapó con una de sus ideas de hombre de Estado, crear una unidad de policía especializada en delito de odio. NO está mal, la verdad, sobre todo para los policías en general, porque estarán deseando contar con más competencias para protegerse especialmente de aquellos que los odian con todas sus ganas, véase, por ejemplo, los manifestantes de la Diada que la emprendieron a piedras con ellos, o los del Ospa Eguna de Alsasua que todos los años hacen esa manifestación de odio hacia la Guardia Civil para que abandonen Navarra. Sí, está muy bien que la policía controle y vigile a estas bandas, de todo tipo, que patrullan el odio por las calles hacia todo lo que es distinto, no sólo por condición sexual sino por ideología, normalmente conservadora (hay que ver el odio conque se conducen tantas personas hacia los simpatizantes de VOX), por violencia callejera, por tanto y tanto odio que pulula por el mundo actualmente. A ver si controlando a los odiadores, que existen desde el origen de los tiempos, porque este sentimiento es más común del que pueda encorsetarse con casos o modelos concretos, aumenta el amor y no la guerra, porque el escenario actual de convivencia, sobre todo nocturno, hoy mete miedo. A veces, uno se pregunta si es que follamos poco (entendiendo el follar como un acto de placer asociado al amor), o es que nos follan mucho (entendiendo ahora ser follados a la par de vilipendiados o machacados), pero el caso es que la cosa no va bien y el caldo de cultivo no se presiente que cambie.
Gracias Pedro.