No, no voy a decir el nombre del restaurante aunque el que lo conozca lo identificará al instante debido a su decoración Kitsch, pero comimos estupendamente, ya que tal como decía Epicuro no hay mejor plato que la buena conversación y mejor comida que la buena compañía. Lo de menos el alimento, al menos para mí, lo de más, el divertimento pleno con tres personas que te dan continuo saber y conocimiento, además de afecto. Sin duda, hay que ser afortunado para poder experimentar estos ratos con tan interesante gente, y poder aprender simplemente abriendo oídos y mente. Insisto, el placer no está donde a veces creemos o nos venden sino en lo más sencillo que se encuentra al lado. ¡Ah, por cierto!, era la comida pospuesta que siempre celebramos cuando se falla nuevo ganador del premio de poesía Eloy Lozano (que también suele estar con nosotros, aunque sin que lo sepamos).
Que bien se come
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