Después de haber gobernado como alcalde estas últimas semanas, Luis Salvador, con el único apoyo de un concejal, al final ha tirado la toalla de este cargo aunque no la de seguir en el Pleno. El alcalde se despidió de sus queridos granadinos y granadinas, y dijo que se iba por Responsabilidad y Amor a Granada, renunciando voluntariamente como Alcalde para facilitar la estabilidad necesaria en estos momentos cruciales. Ahora le tocará sustituirlo a un socialista, con lo que el tiro le saldrá por la culata al PP, en pleno enfrentamiento de los dos partidos políticos mayoritarios. No se comprende la operación que derivó en estos resultados a no ser que las cuestiones personales sean más importantes que las colectivas, y que en el fondo haya estrategias de partido que laminan pactos y personas.
Pero este caso granadino me hace pensar en Ourense y dudar que mi tesis de mesa de café, claro está, sea tan inamovible como yo creía, porque daba por hecho que el bloqueo de PP sobre el PSOE estaría en estos momentos ordenado y controlado por los máximos responsables jerárquicos del partido, y, consecuentemente, nadie se movería en la foto, pero con lo de Granada vete tú a saber que estos del PP maquinan más de la cuenta y apoyan indirectamente a la lista más votada y sale el socialista. Con Granada lo hicieron y Ourense no tiene porque ser menos, aunque el partido fuera a menos cada día.