Estamos pasando malos tiempos, nadie lo duda, o casi nadie, siempre existe alguien que se lucra con la necesidad ajena, bien porque es oportunista, bien porque da con un producto y lo comercializa con rendimientos estratosféricos, por ejemplo las Cías tecnológicas, bien porque simplemente es un hijoputa que aprovecha la circunstancia para negociar su alma; pero, en general no, no pasamos momentos buenos, de salud y económicos, donde hay pandemia y también asoma el hambre según confirman las colas llamadas por su nombre.
Pues cuando aprieta la necesidad, cuando tiran los productos básicos hacia arriba en los precios como es gasoil y luz, por ejemplo, y avisan otros nuevos cuales son los peajes en autovías y los que te rondaré morena, cuando la deuda se dispara cada día un poco más y nos jugamos las pensiones, nos encontramos con la noticia del dato que nos ofrecen hoy, de que ningún Ejecutivo gastó en altos cargos y asesores como el de Pedro Sánchez. O sea, cuánto peor para el conjunto, mejor para la casta de siempre, los que nos gobiernan, fundamentalmente.
Es la cifra más alta acumulada hasta abril llegando hasta 51 millones de euros en apenas cuatro meses, ¡hay que fastidiarse!, y son datos de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE), o sea, fiables. En puestos designados a dedo. Son unos golfos sin vergüenza alguna, porque además tienen la caradura de vendernos cada día lo contrario, de su preocupación por los pobres, marginados, débiles, etc., discurso que les reporta el voto del ingenuo que los hace más poderosos y mas insolidarios. ¡Qué desastre de gobernantes tenemos!