Fotografía de Santi Amil
Pues sí, la esquina de la avenida de la Habana con Curros Enriquez se nos hará muy rara sin la luz y escaparates de Adolfo Dominguez. Porque toda la vida alumbrándonos por la noche con sus luces y ahora van y nos apagan la luz que hará más triste y anodina esta calle que parece más la carretera de cualquier nacional. Cuántas pipas comimos en su entrada por Curros Enriquez, cuando éramos niños nada menos, pero ha crecido el tiempo y ha pasado mucha vida como para que todo permanezca en el mismo sitio. Hoy es preciso para algunos cambiar cosas para seguir igual, igual al momento en que no había vacas tan flacas como las de ahora. Cambiar de local en Ourense no sé lo que aportará a mayores pero está claro que para ellas sí lo hará. Así que acierten y suerte para ello.