Sinceramente, la cosa se supera cada día, en desvergüenza y falta de sentido del ridículo. Aquí lo único que cuenta es seguir en el poder y si hay que arrastrar un encuentro hasta el ridículo se hace y punto, después ya vendrán las huestes de turno, estos que viven de hacer el trabajo más sucio, a inventar su verdad y venderla a través de los medios que están proclives a comprarla y publicarlas aún a costa de saber que lo hacen por el parné y no por la información verdadera. Aquí los mismos de siempre desde hace un buen tiempo, es decir, los que gobiernan y deciden la marcha del país en los últimos gobiernos, parecen pasar olímpicamente del bienestar de la ciudadanía por mucho que ensayen sus discursos para salir bien guapos en las televisiones de turno. Pero sabemos que les importa un carajo, ellos a chupar todo lo que puedan, y los que no puedan que se jodan un poco más. Dan ganas de vomitar, como este maniquí que camina bailando su cuerpo cual si fuera una danza que seduzca a su pareja de baile. Pero por mucho que le bailaba Pedro a Biden, el mayor ni giraba la cabeza un grado hacia el gran seductor, pero éste insistiendo y posteriormente vendiéndonos las mejores cerezas siendo cáscaras de pipas comidas por cualquier chaval en el parque. Pero si la vergüenza de ir a toda prisa al encuentro de Biden en cuanto rompe filas la formación, y la otra de calentarle la oreja que al otro le sale lo que dice por la otra oreja sin quedar nada dentro, se suma la última, la de hacernos creer que la reunión tuvo lugar sin testigos en algún sueño o lugar. Pero es que se persigue la foto como si fuera un asesino que de no pillarlo nos matará al doblar la esquina, es tan patético ver a un Presidente de gobierno de una nación presuntamente entre las más importantes de este mundo que cada nos cierra conocimiento auténtico con señuelos, es tan patético que uno desearía por momentos ser de otro país, por simple vergüenza. Como aburren estos tíos, o tías, que se creen el ombligo del mundo cuando realmente su mundo es un ombligo, de la poca altura de miras que se tiran. Vergüenza.
- Sección: Noticias
- Publicado el 16 junio 2021
- Por Moncho
Pero es que no hay sentido ninguno del ridículo
Comparte esta noticia:
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Email
Imprimir