Hay días que mejor no levantarse, dice el refrán, pero el refrán no entiende que las cosas sucedes o no suceden también estando en la cama. Ya puedes meterte todo dentro de las sábanas, incluso cabeza, que lo que está dentro de ella no para y, entonces, ni sábanas ni leches, ni descanso que se sostenga. Por esto hay que levantarse de la cama, sí o sí, ¡que caramba! aunque resulte día duro por circunstancias ajenas. Las mías de hoy fueran circunstancias de obras que me agotaron por la falta de interlocutor durante el día pese a haber quedado . Desde las ocho de la mañana en pie hasta las diez y media de la noche, prácticamente sin salir de elcercano por culpa de un tabique, del tabique que quiero tirar para agrandar el espacio pero que parece resistirse porque el profesional que lo iba a tirar y había quedado conmigo no apareció en todo el día; al final, ya de noche, me devolvió las mil llamadas que le hice sin tener contestación, y me dio una excusa que porque es un buen tipo no me sale mandarlo a la mierda. Sostenido por una empanadilla de bonito y una claudia, esperé a la hora convenida por ambos, dos y media de la tarde a fin de entorpecer lo mínimo posible la gestión del Café, sin que nadie apareciese. Dejando un margen para no incordiarlo demasiado, comencé a llamarlo pero el teléfono sin cobertura. Así varias llamadas y nada. Las horas pasaron y llegando la noche me llamó para decirme que andaba por Transmirás sin cobertura en el móvil. Agotado por esperar, menos mal que es un gran hombre porque ni ganas tuve de discutir y simplemente señalar otra fecha que a ambos nos vaya bien. Tirar un tabique de pladour me trajo un poco de día amargo, pues se añadió este esperar con el de un perito al que le tengo que aclarar que no tiene razón en una cláusula que le conviene a la Compañía pero no al cliente asegurado que soy yo, y no hay manera, varias llamadas hechas saltando el contestador. Y para completar el día fatal de obras, decir que también tuve que ir a la oficina de Correduría de seguros para saber de la empresa que me hizo u agujero en el suelo de una habitación y que ahora me dice que se lo diga a otros porque ellos están apartados del caso. Muchas gestiones e incidencias que nos revuelven los pensamientos y nos cierran los ojos para esperar que mañana no sea igual, al menos el tabique tendrá que esperar al día que a mi también me venga bien. Hay días y días, algunas veces salen cojonudamente y otras lo contrario.