Lo hago, mirar para la ciudad costera, porque día sí, día no, nos trae nuevo proyecto para humanizar Vigo un poquito más. Por lo menos, visto desde cien kilómetros de distancia, donde ninguna obra importante cuenta con peso suficiente para que se lleva a cabo; hasta una mínima que se pudo hacer, lógica y pertinente, adecuada a la necesidad palmaria que gritaba a voces unir el Campus universitario, es decir, la de soterrar la carretera para librar de coches la superficie unida en Las Lagunas mediante una plaza, se quedó en agua de borrajas de mero cambio de chapa y pintura que impide mirar hacia el fondo de lo realizado porque ahí no hay nada.
Pues sí, como aquí estamos todo el día entre que el alcalde es feo o la Región necesita cambiarlo para sentirse mejor, que si los políticos están a conseguir el sillón sin sumar ninguna iniciativa, pues que seguiremos mirando hacia Vigo para sentir que algo avanza en favor del ciudadano normal que no entiende de esos dimes y diretes y fórmulas de poder y gobierno que pululan por Ourense.
Pasen y ven la obra nueva que plantean en Vigo, túnel de Beiramar que resuelva la circulación en el puerto, y proporcionará aparcamiento en superficie amén de una zona peatonal, que es lo que más envidiamos. Tristemente para nosotros, vemos que aquí ni una calle como la de Cardenal Quevedo se plantea intervenir para que sea de plataforma única y de idea de por donde deben ir los tiros de la peatonalización de Ourense. A mí, que llegue dentro de un siglo, sinceramente me la bufa, porque dios sabe si además de no estar yo no está ni siquiera la ciudad por un cataclismo mundial. Pero no, aquí es imposible hacer nada, porque si está Pepe, por Pepe, si está al frente Juana, porque es Juana, y así sucesivamente ocurre en el poder que sólo está preocupado por seguir en el machito. Y sin dimitir ni siquiera los que no pintan absolutamente nada.