Pues sí, no le quedaba demasiado tiempo de vida al Patriarca, del 24 de febrero al 10 de abril es un ajustado mes uy medio. Cuando hace dos días se recordaba ese pase a mejor vida de Otero Pedrayo hace 45 años, me acordaba yo de esta carta que él mismo de su puño y letra escribió a mi padre denotando una gran soledad. Porque le demandaba su visita habitual cuando por alguna razón mi padre dejó algún día sin realizar. Sin duda, y me consta porque lo he visto con mis propios ojos, este hombre que también era su médico de huesos le dio toda la compañía al anciano Otero, que otros muchos no hicieron aunque vendieran lo contrario posteriormente. Con mi padre no se cumplía el apotegma “no me quites mi soledad si no me das tu compañía”, porque se la dio siempre, desde los balcones de Trasalva y Ramirás hasta el final en la calle de la Paz amortajándolo. Un recuerdo a ambos, dos personajes extraordinarios que no puedo olvidar, uno por sus letras, el otro por su bonhomía excelsa.
Mes y medio antes de morir, Otero escribió esta carta
Comparte esta noticia:
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Email
Imprimir