Oye Sergas, toma mi brazo e inyecta la vacuna que quieras, pero que no se pierda ninguna porque haya brazos caídos por huelga de miedo que no acuden a su cita. Yo lo levanto, con todas las consecuencias y el mismo respeto del 0,00001, del uno por millón que puede romper la salud en los senos del cerebro, al parecer. Y si tiene que llegar Tánatos que lo haga como su hermano gemelo Hipnos, como dulce sueño, pero estar muriendo en vida es peor aún que pasar a la desconocida, incierta y la Nada o el Alma entera, o sea Dios.
Aquí está mi brazo alegre, pues, para seguir viviendo con la vida y no la muerte.