Corría el año 2011, cuando, con motivo de la presentación del primer libro de Santiago Lamas editado por elcercano, titulado FÍOS, Se nos ocurrió una forma original de entretener al público asistente mientras no comenzaban las primeras palabras de los intervinientes en la presentación. Colgamos con ‘hilos’ (fíos) del techo todas las páginas sueltas de un ejemplar del libro en cuestión, a fin de que pudiera ir leyendo el público algo del mismo libro según se iba sentando; el hecho de que nadie pudiera estar leyendo lo mismo, pues cada página era distinta, y cual si fuera una orientación o programa o indicación que se pone en los asientos, no sé exactamente qué significaba pero sin duda reforzaba la idea de que la lectura del libro es un acto sumamente íntimo e individual.
Bueno, pues ahora me encuentro con el reportaje de esta impresionante librería que, como se puede observar perfectamente en la foto, cuelgan hojas de libros de parte del techo, igualito a lo que nosotros hicimos hace diez años, nada menos. Como la librería es franquicia japonesa en China no descartamos que, con la capacidad para copiar que tienen los asiáticos, hubiera estado algún japonés infiltrado (¿sería Masa?) en la presentación de nuestro libro para copiar la idea y llevarla a esta gran librería que corresponde a la famosa franquicia japonesa Tsutaya Bookstore en Xi’an, Shaanxi, China. Va a ser que no, que lo de infiltrarse es una broma, pero de que puede ser obra de algún algoritmo espía… En cualquier caso, nosotros fuimos primeros.
Pues sí, hay ideas que cuando las hicimos parecían un poco producto de pajas mentales que nos hacíamos, pero que a la vista de los años con su repetición por parte de importantes corporaciones ya no lo parecen tanto, solo pajas mentales.