Ahora nos toca nueva indicación para el uso de la mascarilla en vía pública. Porque el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó este martes una ley que obliga a llevar el cubrebocas en cualquier espacio público, sin importar la distancia a la que se encuentren el resto de personas. Hasta ahora, como indica el Gobierno en su página web, en la vía pública o en los espacios al aire libre era obligatorio el uso de mascarilla cuando existía una distancia inferior a un metro y medio, según la norma estatal, aunque las comunidades habían establecido exigencias más duras y sus propias excepciones. Entre Pinto y Valdemoro, gobierno y autonomía respectiva nos están volviendo locos, poco a poco, con sus normas, estadísticas, indicaciones y lo que se le venga a la mente al ocurrente del día y en cada territorio. Ha pasado más de un año y hemos sido incapaces de crear un centro único de poder que conformado por el mejor equipo posible pudiese dar las mejores indicaciones en tiempo y forma. Ahora, con esta ley, que tendrán que modificarla de inmediato porque es tan absurda que lo único que puede conseguir es que no se cumpla, y degenere cada día más la atención a la norma siguiente que nos dicten desde ese sanedrín que ni se sabe por quien está formado y si lo está de los mejores profesionales y no los mayores amigos de cualquier gobernante; pues bien, o la modifican o se incumple, porque no se puede tener la mascarilla puesta en la playa si uno está solo o a una distancia prudente de otro, simplemente porque sería estar llamándose imbécil todo el rato, y cansa. Mejor cierren playas, mares y aires, dentro de un año, cuando estemos muchos vacunados porque la anacronía es signo de este tiempo. Pero además es indignante llevar clamando a las autoridades por prácticas imprudentes en la playa con pandillas de jóvenes sin mascarillas tocando las pelotas de fútbol, o la manolas de ellas, o las pelotas de ellos, sin que nadie los corrija en todo el verano; indignante ver esa permisividad hacia el comportamiento insolidario y, sin embargo, decirnos a gentes respetuosas con la lucha por la pandemia que ni nos saquemos la mascarilla mientras estamos solos en nuestra sombrilla. O nos tratan como imbéciles o lo son ellos, los que fabrican tornillos en lugar de pensamientos razonables. Pero, nos gobiernan ¡manda carallo!
“Las personas de seis años en adelante quedan obligadas al uso de mascarillas (…) en la vía pública, en espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado de uso público o que se encuentre abierto al público”, se lee en el artículo publicado este martes. La ley es un compendio de las medidas de la desescalada que se acordaron en junio 2020 una vez que venció el primer decreto del estado de alarma que el Gobierno había aprobado. La norma se aprobó como decreto ley y empezó a aplicarse, pero luego se tramitó como ley y entra ahora en vigor de forma algo anacrónica.
La norma regula las medidas de prevención e higiene, de regularización del transporte, de los medicamentos, normas de salud pública o para garantizar las capacidades del sistema sanitario. Tiene una vigencia indefinida, porque durará hasta que la crisis sanitaria se dé por acabada. “Hasta que el Gobierno declare de manera motivada y de acuerdo con la evidencia científica la finalización de la situación de crisis sanitaria ocasionada por la covid-19″, indica el texto.
En el decreto aprobado el pasado junio, que el Gobierno definió como el de “la nueva normalidad”, se regularon las fases de la desescalada, algo ya superado en las medidas que se aplican actualmente para combatir la pandemia. La ley publicada este martes en el BOE traspone el texto del decreto, y sigue haciendo referencia a conceptos como el “Plan para la Transición hacia una Nueva Normalidad”.
Desde el pasado verano, cuando el estado de alarma que había comenzado en marzo decayó, las comunidades comenzaron a hacer una adaptación del uso de las mascarillas teniendo como base el decreto del Gobierno. La gran mayoría lo hicieron rápidamente, pero contemplando excepciones de diferentes tipos, como tomar el sol en playas o piscinas. Ahora, con la nueva ley, la exigencia de uso de mascarilla en los espacios al aire libre es aplicable a todas las comunidades, que ya no pueden regular sus excepciones ni graduar su aplicación. Obligar a llevar mascarilla mientras se toma el sol en playas o piscinas incluso manteniendo la distancia de seguridad puede suponer otro golpe para el turismo, uno de los sectores más afectados por la pandemia.
La nueva ley sí mantiene que la obligación no será exigible para las personas que presenten algún tipo de enfermedad o dificultad respiratoria que pueda verse agravada por el uso de la mascarilla o que, por su situación de discapacidad o dependencia, no dispongan de autonomía para quitarse la mascarilla, o bien presenten alteraciones de conducta que hagan inviable su utilización.