Hay un tontín que escribe en un diario y que por el hecho de hacerlo cree que el mundo está a sus pies, pero el mundo más bajo, el que no tiene poder, porque en cuánto advierte que alguien sí lo tiene, o por lo menos aparenta tenerlo, el susodicho babosea que mete miedo. No, no voy a decir su nombre, porque vamos a jugar también nosotros a esconder ciertas cosas que a la vista asoman pero que hay que ser algo perspicaces para poderlo saber. Crípticamente pero con pistas suficientes para saber, aquí por ejemplo que hay caminos y caminos, y según los que los caminan se hacen bonitos e interesantes o feos. El tontín vive para que le aplaudan ciertos personajes de la ciudad, los más políticos, por cierto y por mucho que se oculte detrás del arte o cualquier otra fuente de la cultura. No interesa, creerme.
El tontín
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