No nos parece mal cerrar, porque el virus no para y mientras no pare no hay tranquilidad para estar en el café. Sin tranquilidad no hay placer y por ello vamos a buscarla a casa, desde donde podremos seguir comunicándonos por mor de este invento de internet con los amigos que quieran estar en contacto mediante correos o nuestra página web. Por ejemplo, es el caso de ahora, que acabo de leer el artículo que nos ha enviado Alfonso Mato; puro obituario, pues no paran de cerrar para siempre muchos lugares de beber y comer fuera de casa, pero que en muchos casos, como la Bodeguilla de Alfonso, son mucho más que eso, resultan referencias de la memoria. Comparando estos cierres definitivos con un paro técnico para tratar de detener los contagios y retirarnos solo por un mes no puede deprimirnos, ni mucho menos. Es una pena no poder disfrutar de este hogar comunal que nos reúne a amistades en torno a la conversación, pero es obligado y con razón, por lo que solo queda dirigirme especialmente a todos los que lo echaréis de menos, que pronto volveremos. Que mientras tanto os guardaremos bien las sillas.
- Sección: Noticias
- Publicado el 14 enero 2021
- Por Moncho
Mañana ya no abrimos por las restricciones
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