Realmente uno no da crédito de lo poco prudentes que son los políticos que por mor del interés de su partido organizan actos en plena pandemia cuyo resultado solo puede traer más pandemia. Cuando estamos todos preocupados, sensibilizados y sacrificando nuestros mayores deseos de abrazarnos con los seres queridos más íntimos y distanciados, ellos, los políticos organizan actos que solo masajean su ego y propician contagio, como es el caso de una conselleira, que da la voz de alerta y provoca que todos a hacer PCR preventivamente. Pero es que no se les mete en la cabeza a nuestros gobernantes, (repasamos escenas de Pablo Iglesias y otros gobernantes del Estado sin mascarillas para comprender que es cosa del gremio) que lo que hay es que trabajar en minimizar causas y consecuencias de este problema de salud y apartar por un tiempo todo aquello que no vaya a favor de ésto, donde por supuesto no está reunirse los mismos que se reúnen para decir lo mismo aunque en lugar distinto. Después meten la pata como Feijóo y Casado, que pasean juntos tan felices y sonrientes hasta el punto de que se les ve los dientes, entre otras cosas porque no llevan mascarilla puesta. Dar ejemplo, esta es la clave primera de un primer responsable del pueblo. Menos mal, y eso le resta un pelín la crítica, que pidió perdón, pero como penitencia deberían al menos pagar su prueba ¡lástima fuera!, y pagar su multita correspondiente (sueldos suficientes tienen para ello.
A Feijóo me da la impresión que le está sucediendo lo que a tantos que prolongaron su estancia en el poder, que pierde suelo y se eleva sin darse cuenta hasta que un perdigonazo lo devuelva a tierra. Y es que hay gestos que delatan su subida de ánimo y seguridad en sí mismo que lo confunde y lo hace no saber estar: lo digo, porque el pasado fin de semana Antena 3, el telediario de Matías Prats les había pedido a todos los presidentes de las autonomías que pronunciaran un espich navideño para animar a los espectadores; pues bien, hasta Ukullu y el catalán Aragonès (¡ojo, con el acento invertido, no vaya alguien a creer que tiene algo de aragonés el catalán) al igual que el resto de presidentes se dirigieron en español a las cámaras, pero ahí llegó Alberto Núñez Feijóo quien lo hizo en galego, no fuera nadie a creer que él no es el primero y ferviente defensor del galego como idioma universal. Aburre ya el tema.