Hoy, hace tres años, asistíamos en elcercano al concierto de Jazz del quinteto de Demian Cabaud, este argentino portugués con quien ya tenemos cierta amistad por las veces que vino a nuestro espacio a tocar. En este quinteto tocaron dos baterías al mismo tiempo: Jeff Williams y Iago. Lo traemos aquí porque es mucho más sana esta imagen que cualquiera que pudiera salir de todo lo que viene detrás, vista la prensa, y que en pocas líneas resumimos a continuación:
Por ejemplo, leemos en EL PAÍS, que la primera o las primeras vacunas contra el coronavirus que se aprueben y lleguen a España se administrarán en 13.000 puntos de vacunación, según lo anunciado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que todos sabemos que tiene una buena nariz, por lo que hay que tomar la noticia con cierta prudencia para creérnosla. Este proceso podría empezar “tentativamente, en enero”, ha asegurado Sánchez en la rueda de prensa tras la reunión virtual del G-20. Pero a mi lo que me choca es la evidencia de la centralización, porque esto de las autonomías empieza a oler un poco raro, según para qué cosas delegamos y según para qué otras centralizamos. Así nos va en esta pandemia, con récords negativos en todos los parámetros que se precian.
Siguiendo con el tema estrellado del Covid, en EL ESPAÑOL leemos que los aeropuertos españoles se preparan para exigir a partir de mañana lunes una prueba PCR negativa realizada en las 72 horas previas a la llegada al país a los pasajeros que vengan de países considerados de riesgo, y para realizar test de antígenos a aquellos que no la tengan, quienes se exponen a una sanción. La verdad que, después de siete meses pidiendo Madrid un control de entrada a través de Barajas, llegue ahora lo evidente es como para sacar nuevo certificado de burrología en los responsables de coordinar en España la lucha contra la pandemia. No hay que ser muy listo para comprender que el control y rastreo en casa no vale de nada si no se controla y rastrea al que llega de fuera; tener que explicarlo ya es de traca pero las ideologías ponen una careta tan opaca que no hay manera.
Y más sobre la pandemia. Ahora el El Confidencial el que nos informa de que múltiples gobiernos europeos están preparando una suavización de sus medidas anti-coronavirus de cara a la Navidad, mejorando las condiciones de movilidad para que las familias puedan “salvar las fiestas”. Sin duda, algunos estamos acojonados pensando en la situación de creernos ya a salvo y hacer como en el verano, cuando Sánchez nos alentó a vivir la vida que ya habíamos ganado la batalla al virus, y salir de fiesta, botellón y reuniones de familias y amigos sin tomar conciencia que el virus es tan contagioso como nos ha demostrado. Acojonados por volver a lo mismo, donde ya a la tercera sería la vencida para muchos. O sea que ¡prudencia!.
Y en El MUNDO, comentan la aspiración del PP a sumar votos de los nacionalistas de derechas y Vox. Porque gracias a la Ley Celaá, por primera vez el PP ya no está abocado a repetir la “foto de Colón”, porque los nacionalistas conservadores también rechazan las medidas contra la escuela concertada. Ahí el dolor por complejo de Casado se da un bálsamo para que no lo puedan situar más como aliado del partido de Abascal, aunque en el fondo estén asustados del sorpraso que les puede dar éste en Cataluña según los primeros sondeos. A ver si el que va a queda aislado es el partido de derechas que va de socialdemócrata.