Se inauguró estos días una exposición del poeta ourensano ginebrino en Ourense, donde se pueden ver manuscritos inéditos, libros de su biblioteca personal, poemas mecanografiados y primeras ediciones en torno a la figura el José Angel Valente. Curiosamente, al hilo de esta ocasión, me pasan unas páginas del libro de Trapiello “Una caña que piensa” en las que recoge píldoras suministradas por un amigo que llegaba de Ginebra donde veía mucho al poeta, compañero suyo de trabajo en las mismas oficinas de las Naciones Unidas, donde también es traductor, como ésta: “El de Ourense se fue a trabajar hace treinta años al extranjero porque le convino, como muchos otros emigrantes, aunque en su caso el trabajo era de lujo. Sin embargo algunas veces ha afirmado por ahí en entrevistas que se exilió de España por razones políticas”; o esta otra, ya del mismo Trapiello, refiriéndose a los dos amigos: “Uno parece manso y humilde, pero es soberbio y vanidoso. En cambio el otro, que parece un trueno, no es más que un hombre claudicante y rendido. Creo que éste se ha preguntado como puede ser una cosa tan anómala, que alguien como su amigo haya podido engañar a todo el mundo con su hipocresía jesuítica, pues conoce de él mil pasos vergonzosos, y él haber fracasado en todo, siendo un hombre que vale tanto o más que el otro”. Bueno, después cuenta otras cosas Trapiello sobre la tercera de ABC que publica Valente en la muerte de su amiga María Zambrano, que se las trae, al igual que la amenaza a un escritor, que osó criticarlo, con hablar con la editorial que le había publicado un libro: “No volveré a darles un libro cuando me lo pidan”.
Estos días precisamente estuve leyendo el libro de Trapiello “Madrid”, y recordaba su paso por televisión española colaborando primero en La edad de oro y después en el programa Encuentro con las letras, donde se tiró un par de años, del que no lo echaron como en el anterior, pero que se acabó entre luchas intestinas. Se lamenta Trapiello de ello porque era un trabajo del que le llegaba un dinero que nunca , dice, volvió a ser tan fácil. Y en Encuentro con las letras de RTVE Trapiello se encontró precisamente junto a un compañero haciéndole entrevista al señor Valente, muy interesante por cierto, a las que les animo a ver. Una hora de entrevista que acaba Valente con un haiku que dice así: ¡Estaban en silencio, el invitado, el huésped, y el crisantemo blanco!